martes, octubre 25, 2005

Operación: Triunfo

Martes, 25 de octubre

A las buenas noches. Escribo este post, además de porque me da la gana, para reconocer que una de las tres mentiras del Erasmus que puse en algún post anterior se deshinchó el fin de semana pasado: es la mentira de que las suecas no entran. Si que entran sí, y además, me entraron a mi. ¡¡¡A mi!!!. ¡Al borrajudo feo!. ¡Me voy a tener que cambiar el nick!. Madreeee... estoy que no quepo en mi de gozo... Mi ego se ha inflado cual morro de Esther Cañadas. Me explico:

El viernes nos dispusimos a arrastrar, un fin de semana más, nuestros culos a la Cleo. Hicimos una pequeña preparty en una mini habitación que hay al lado de una de las saunas en las casas de Haguelvägen (uséase, donde vivo yo) con unas de esas cervezas de pegar pelotazo que te cagas (sí, 3’5 grados ¿qué pasa? No nos apetecía bajar al System Bolaget) . Tras beber algo en un cuchitril más apretados que el 33 en horas punta, y de manera ya casi automática, procedimos a llamar a los taxis y hala... p’a la Cleo. Todo normal. Bien… Llegamos a la Cleo relativamente tarde y aún estaba muy vacía. Probablemente es porque esta es la semana de exámenes, y los suecos no salieron. La noche pintaba como todas incluso tirando a mala. Lo único que en principio iba a variar la habitual rutina es que habían venido Par y Pablo desde España a hacernos una visita (bueno, los cabrones vinieron a ver a Pablo “the drunk”, que se los llevó a hacer turismo a las Lofoten y yo los vi poco, pero estaban por aquí y siempre está bien ver a viejos conocidos). Bueno… pues qué le vamos a hacer… solo había que pagar 20 coronas por el guardarropa… todo fuese por dar un voltio. Pero la noche no iba a ser como todas… ¡¡chan chan!!.

Como siempre, me puse a dar vueltas por la Cleo (bueno… realmente yo describía líneas rectas: de donde estaba hacia la barra a por cervezas y de la barra a donde veía conocidos). Y hete aquí que estando con un grupo de conocidos, haciendo el mandril a ritmo de “barro” (maquineta, según definición de Dani) acercóseme una señorita de color (de color negro) y, apoyando su índice con inusitada fuerza contra mi tercer espacio intercostal derecho díjome: “You!!. I want to dance with you!!”. Y yo nada… ante tan sutil ofrecimiento no tuve otro remedio que echar un bailongo. Encima no eligió mal, la chiquilla: la “tortura” de Shakira. Al terminar me dio las gracias y retiróse. Bueno, yo flipé un poco, especialmente cuando se la intentaban acercar otros españoles y los apartaba a manotazos y vi que nada… que la moza quería bailar conmigo. Cándido yo como soy, me dije: “Bueno… pues no se, le habrá gustado cómo bailo… hay mucha zumbada por el mundo”. Pero ya veréis lo que pasó el sábado. Bueno, decir que luego la vi en un ínterin que salí a la calle a… a hacer unas gestiones (como puede ser aumentar la cotización de las acciones de Lucky Strike) y nada, le pregunté que de donde era, y me dijo que de Sudáfrica y que llevaba aquí cinco meses… y no pasó nada más… nada más con esa el viernes. Pero la cosa no acabó aquí, porque seguí yo con mi operación captura de la cerveza, e incluso del chupito de tequila, que nos compramos por hacer la gracia (no lo hagáis en vuestras casas, niños: nos costó 55 coronas el chupito) y en estas que mientras estaba moviendo el esqueleto, se me acerca lo que a primer vistazo parecía una nativa. Bueno… la chica que viene, que se arrima, que baila… que sigue bailando… que no se iba, la jodida y tras un rato largo, se va. Bueno, un alivio ¿no?. Pues no: poco después pusieron las lentas, que ya indican el final de la noche y la veo que viene desde el fondo con rumbo de colisión hacia mi. Efectivamente, enganchóme, y agarróse. Pues nada, si hay que bailar lentas, se bailan… como estas suecas son así que se arriman y luego se van, pues no sospeché nada. Pero se acaba la música y me espeta (con perdón): “I’d like to see you after Cleo”. Como bien dijo el de Madrid que ya está experimentado en estas lides: “A buen entendedor, pocas palabras bastan: venía a ser un “quiero echarte un polvo en cuanto salgamos de aquí”. Pero yo nada, firme (bueno… dejémoslo en firme). Le dije que sí, hombre, que algún día… por ahí, si eso… o que si volvía por la Cleo… o bla bla bla. Estaba yo que no cabía en mi de gozo. Una que me viene a arrimar y otra que además, me dice de “vernos después del Cleo”… ¡qué cojonudo!. Vaya sesión de aumento de autoestima. Es como pagar un psicólogo pero en barato y en arrimando cebolleta (que no todos los psicólogos te dejan arrimar cebolleta así como así). Si ya me sentí henchido de gloria el día que un camarero Mexicano marica me entró en Munich, ¡¡pues imaginaos si encima son dos pibas sin bigote!!. De esta no hay muchas fotos, porque aunque Jorge lo intentó, la tipa se coscaba, y se giraba.

Bueno: total, que en estas, Alberto se había liado con una mature que había danzando por ahí y tras una sesión de porno duro de metida de mano y refrotamiento brutal en la gogotera o tarima se marchó con ella. Yo volví a casa con David (vive dos pisos más arriba mío) y como había demostrado mi firmeza (estupidez según otros, pero oye… yo tengo novia) rechazando a lo que hasta el momento era piba y media, me llevó a brindar con unos chupitos de Cacique de la última botella que le quedaba y que abrió ex profeso para la ocasión. Tras media botella a chupito limpio, decidimos ir a ver si, por casualidad, Alberto (que también vive en Haguelvägen) se había traído a la mature a su casa. Deberíamos haber caído en que con el estado catastrófico en que está su cuarto, pues no estarían allí, pero mira: con el alcohol que llevábamos en sangre, como para intentar razonar ¿sabes?. Total, que vamos p’allá a aporrearle la puerta (por joder… antes habíamos intentado contactar con su móvil) y que nada, que no estaba. Al salir de la casa, hago… “¡¡Pataaapam!!”. ¡Al frío suelo!. El ron había hecho sus efectos. Según parece, David me cogió como pudo y me arrastró (o nos arrastramos, porque él tampoco iba muy… sereno que digamos) hasta nuestro portal. Me ha confirmado que abrí yo mi puerta y me metí al cuarto. Peeeeero, no se cercioró de que entrase en mi cama, así que a las 9:30 de la mañana, con una resaca que no se la salta un gitano, abro un ojo… miro a mi alrededor… y pienso: “¿Esto?... Esto no es mi cuarto… esto no es mi cama… ¡¡esto es mi ducha!!”. ¡Efectivamente, señora!. Había dormido plácidamente durante unas cuatro horas de la noche tirado en mi baño, con la cabeza apoyada en el desagüe de la ducha, vestido y con las botas puestas, por supuesto. El suelo estaba lleno de rayas de la goma de la suela de las botas (yo, que incluso entro descalzo al baño, para no mancharlo), así que como (parece) que es habitual que haga cuando voy borracho, me puse a fregarlo. Tras una buena rascada con mi Vileda, me fui a la cama, a seguir durmiendo. Pues la verdad es que oye…en la ducha no se estaba nada mal, ¿eh?. No recuerdo si dormí con mi tocho abrigo, aunque supongo que si, porque no tengo magulladuras ni dolores pélvicos o similar, y además recuerdo la sensación de despertar calentito, tan ricamente.

Y bueno, en mi cama “cama” dormí hasta las 2, que me tuve que levantar, porque, cómo no, teníamos que ir al laboratorio, para hacer prácticas. Nos tiramos allí hasta las 9, cenamos en un chino que hay en la universidad y a continuación fuimos a una preparty. Ésta fue en una sauna más grande que la de la noche anterior (en Vaderleden) y más animada, que había más gente.

Tras eso: decidimos salir a la aventura. Es decir, coger un taxi y en lugar en lugar de ir al Koren, que estaba cerrado (como lo llevan estudiantes, cierran el fin de semana de la semana de exámenes) pues ir a un sitio nuevo. Al final acabamos en “La Brasseriet”, a la que yo ya había ido una vez y que es un sitio pequeño (ya comenté algo hace tiempo), que por las mañanas dan de comer y por las noches ponen música y se convierte en una presunta discoteca (de hecho, la tarima no es tal... son unas mesas apiladas con peligrosos huecos por los que caerse ¿verdad, Luis?). El ambiente no mola mucho, la verdad. Los españoles que quedan aquí que ya estuvieron el año pasado dicen que todos los días que van ven ostias (y el sábado no fue una excepción… dos tías tirándose de la tarima abajo, otro que le pegó un puño a uno que lo dejó tumbado… en fin… un sito selecto). Además, los muy cabrones cobraban 80 coronas por entrar y menos mal que a Santi Porson (un madrileño que vive en Porson y que lo llamamos así para distinguirlo de otro Santi que vive en Bjorskatan) se le ocurrió preguntar que si hacían precio especial para estudiantes, y resultó que era gratis. ¡¡Hijos de perra...!!. No avisáran, no. Al menos, nos devolvieron el dinero, lo cual a primera vista parecía cojonudo, pero luego, visto el ambiente que tenían en el local, pues tampoco es de extrañar…si los estudiantes Erasmus somos los que mejor nos comportamos en el local…

Al menos había no se qué movida de play-wear, que es como wicked-weasel, una línea de ropa interior picantona y hacían un desfile con golfillas. Cómo no, Jorge (nuestro paparazzi oficial) hizo un book completo. (Fotos picantonas para marranos y depravados... es decir, para tios: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32... y tiene muchas más). De todas formas, aunque lo de PlayWear es solo para tipas, pusieron a un maromo también, supongo que por aquello de la paridad (aunque aquí, como avanzados que son, tenían 80% tias y 20% maromo... lo del 50%-50% es un atraso machista, definitivamente).

Y bien… ¿quién diréis que estaba allí?. La surafricana del día anterior. Me volvió a enganchar y, tras insultar debidamente a Jorge por sacarle fotos sin permiso, se puso a hablar conmigo. Ahí dejó a un lado las indirectas y ya me soltó un “I want to sleep with you, because you are so cute…”. Es más, incluso se tiró al morro, pero no way, man. De todas formas, yo es que lo flipaba... La aclaré (no es un comentario racista, que conste en acta) que tenía novia y que nada… que si eso ya nos veríamos por la Cleo pero que poco había que hacer (no se si hice bien: A ver si vuelve a darme la brasa este viernes…) . También le pregunté si es que era ciega o algo y que cómo se había ido a fijar en mi… pero nada… decía que la ponía mogollón… ¡yo!... increíble… ¡cuánta zumbada hay por el mundo!. De hecho, le he preguntado a mi novia si es que había pagado una detective de esas que salieron en un capítulo de CSI, de esas que se intentan liar con la gente a ver si es fiel o no, porque si no... ¿dos? ¿en una noche? ¿a mi?... Me ha dicho que no, que no, pero todavía no las tengo todas conmigo. En fin... como ya le he dicho a alguno por aquí, he tenido que salir de África (es decir, de España, que hombre, yo creo que es el país más rico de África, pero no es Europa) pero ahora que pienso... en siendo surafricana, no es lo más acertado ¿verdad?. Jejeje... Ah, ojo, que cuando estábamos en la cola del guardarropa, la chiquilla volvió a hablar conmigo y Jorge acudió raudo en mi defensa: me pegó un estirón del brazo mientras ella hablaba conmigo, para apartarme de la libinosidad, y la moza se pilló un rebote que lo flipas (tiene muy mala ostia, excepto conmigo, que aparte de que se me quiera tirar, pues está simpática) y le empezó que si es que era gay, y es que estaba celoso. Jorge la empezó a mandar a la mierda en español, y el rebote de la chica que iba en aumento… De “motherfucker” para arriba, lo llamó. Al final, a base de decirle que es que era mi amigo, y que es que quería evitar que cometiese un error y tal, parece que se calmó, pero yo pensaba que le volvía la cara.

Y bueno, como esa noche iba sobrio, pues dormí en mi cama. Antes fuimos a una afterpary a casa de Marta, a comer espaguettis. Creo que la pobre no va volver a cometer el error de dejarnos ir otra vez a su casa... al menos a comer espaguettis. Me volví a levantar a las 2 y luego, toda la tarde y la noche del domingo la pasamos terminando unas prácticas (las defendíamos el lunes). Volvimos a casa a las 6:30 de la mañana, con 8 bajo cero y luego tira a la mañana siguiente, durmiendo 3 horas, a defenderlas. Nada, bien. Parece que les gustó todo, que funcionó prácticamente todo y eso. ¿Cómo?. ¿Que 8 bajo cero es frio?. Pues mira que temperaturas hemos tenido hoy martes. Os recuerdo: a las 8:30 ibamos en bici camino de la universidad, para hacer el puñetero examen. Por si no lo véis bien, os aclaro: casi 13 bajo cero. A esa temperatura, y con el viento que levanta la bici duele todo lo que va al aire en aproximadamente 30 segundos de exposición. He tenido que sacar un cubrepantalones que compré cuando compré el abrigo. De hecho, después del examen hemos ido a caminar sobre un lago que hay al lado de la universidad, porque ya se había helado lo suficiente como para aguantar a tres maromos (Pablo "the drunk", Jorge y yo) dando patadas al hielo. La escarcha es tan grande que parece que ha nevado.

Esta noche (de lunes a martes) he dormido una hora y media, porque he estado estudiando para el examen que he tenido hoy (parte teórica de la asignatura que tenía las que defendí el lunes) así que me voy a ir acostando. El examen muy fácil, pero la putada es que la primera pregunta valía 5 puntos (sobre 26) y para que te siguieran corrigiendo, tenías que sacar un 3. Ya veremos, porque tenía cinco apartados y yo solo he contestado a tres, así que estamos un poco en el filo de la navaja, pero tampoco me importa mucho, porque la verdad: estudiar estudiar de verdad, pues estudiaría media hora y la pregunta iba de criptografía, que encima no estaba en las transparencias de clase, sino en unos links a páginas web que no funcionaban anoche, así que si penco, pues se le vuelve a echar un ojete (aunque sea googleando) y ya está: aprobado. Ahora me queda para terminar el quarter una práctica y un home exam de otra asignatura, que espero tener terminado antes del viernes, para poder fiestear en condiciones. Ya veremos donde duermo el viernes.

Un saludo a todos.

/El borrajudo triunfador henchido de gloria que te cagas


PD: Como hoy ha subido la temperatura (ahora tenemos -0.1 grados) ha nevado. Por cierto, podéis ver la temperatura en http://temp.lulea.org y estan todos los españoles haciendo el mandril debajo de mi casa. Yo, con 5 horas de lo que viene a ser dormición en dos noches, paso de bajar (estoy tan ricamente en chándal y disponiéndome a dormir). ¡¡Si nos vamos a hartar de nieve, copón!!. Ya veremos como llego mañana con la bici a la universidad. A ver si es cierto que estos suecos son muy organizados, y de un día para otro limpian los caminos...

jueves, octubre 20, 2005

El ponche alucinógeno





Pues nada, os voy a contar la movida del viernes pasado (14 de octubre).

Me pillé una bufa considerable, así, como quien no quiere la cosa. Resulta que los del LURC (el Lulea University Reception Comitee) hacían una fiesta: La "pink party" (se llamaba así porque había que llevar algo rosa). Yo no pensaba ir (pensaba bajar directamente a la discoteca) pero al final fui, porque todo cristo iba allí. Me agarré mi botellica de ron, eché media a una botella de coca- cola y hala... a la fiesta con la botella debajo del brazo (¿qué pasa? los franceses se meten el pan debajo del sobaco), y bueno... el ron, tira que te va, pero estos hijos de puta de suecos habían preparado un ponche que yo pa mi que llevaba alucinógenos (tenía bayitas y frambuesas... fijo que también le habían echado Monguis o algo parecido) y me hundió ¡me hundió!. Bueno, no me quedé tan hundido como la de hace tres o cuatro semanas, que no me acuerdo de unas 5 horas de la noche, y además aquí todavía andaba por mi mismo, pero también me quedé bastante jodido, también.

La fiesta era en la sauna de Porson, esa que nosotros alquilamos algún día. Total, que fuimos hasta allí en bici, y luego parece que bajé en taxi a la discoteca (la Cleo). Digo parece porque no me acuerdo muy bien, yo (bueno, seguro que fue en taxi, que me lo han contado). En la Cleo nada, normal. Si es que es una discoteca como todas, y además no muy grande...

Pero lo malo fue a la vuelta. Yo convencido de que mi bici seguía en Porson. Hombre... ¿dónde va a estar?. Total, que después de comerme una hamburguesa con un borracho que estaba en mi misma situación (que también tenía que volver a Porson para buscar su bici) nos cogimos un taxi p'alla (mano a mano: 50 coronas para cada uno). Llego... ¡y mi bici que no está!. Pues yo todo jodido en plan "Me la han robao, ¡me la han robao!". Venga a buscar, venga a buscar. Me miro el llavero... y que tampoco estaba en la llave del candado. "¡¡Mierda!!". Bueno, ahí empecé a pensar que se la habría dejado a alguien (aunque debo reconocer que en mi estado, primero pensé "otia, que profesionales... primero me han pillado la llave y luego me han robado la bici"), pero... ¿a quien se la había dado yo?. Pues ni puta idea… (No sabia que se la había dado a alguien, voy a saber a quien). Fuimos a comer espaguetis (si, después de la hamburguesa) a casa de unos de Porson y entonces ahí empecé a hacerme una sesión de autohipnosis (vamos, que me puse a pensar, lo cual, con la trufa que llevaba encima, viene a ser como una sesión de hipnosis) y dije "¡¡Otiaaaa!!, Me parece que se la he dejado a Isaac!!” y cuando ya estaba yo viendo la luz al final del túnel, me dicen “Pero si Isaac no ha venido…” ¡¡Mierda!!… y me volvieron a joder. Volví a salir a buscarla entre unos matorrales cercanos, me empecé a cagar en todo lo que se meneaba… ¡Nada!. Total, que me trajo a casa (bueno, a la zona de Bjorskatan, que es donde vivíamos ambos dos mutuamente) el otro pavo este que he dicho que estaba en mi misma situación (puta bandeja trasera de la bici... creo que casi me desvirga analmente) y yo que seguía todo rayado. "¿A quien?... ya veras tu como la he perdido... puta mierda...". Y luego ¿que hice?. ¿ir a casa a dormirla?. ¡¡Noooo!!. Ir a casa de Jorge a seguir comiendo espaguetis. Estos fueron carbonara. Lo gracioso fue que estaba yo comiéndome los espaguetis y estaba llenísimo (obviamente) pero con la bufa yo decía “Joder… pero ¿por qué no me entran, con lo buenos que están?”). Pues porque llevaba en las tripas la hamburguesa más gorda que encontré en el McDonalds y una platada de espaguetis, pero no me daba como para relacionarlo con mi falta de apetito. Total, que al final ya, hacia las 6:30, llego a mi casa, y en mi puerta: ¡Chaaaan!. Mi bici. ¿Qué había pasado?. Pues que efectivamente, se la había dejado a Isaac (un gallego que vive en mi mismo bloque; es el de la camisa rosa de la foto. El otro es un troll que pasaba por allí) para que se bajara una sueca a la discoteca (que por cierto, no se si se calzó o no, le tendré que preguntar… después de la rayada que me costó…). Pero la gente creyó que no había venido porque apareció al final (cuando el ponche alucinógeno ya había hecho sus devastadores efectos en todos nosotros). Al día siguiente me mandó un mensaje para decirme que tenía la llave de mi candado. Cuando me la dio, me explicó la movida, y me dijo: “¡¡Pero tío!!… mira que te pregunté: ‘¿¿seguro que te acordarás’??” porque vio mi estado etílico-comatoso, y yo “¡¡Que sí, cojooones!!, ¡¡Que te la lleves, hombreeee… no me ví a acordá yo…!!”. Ah, y en la discoteca también todo convencido de que me habían robado el polar y la bufanda. Lo mismo: "Me la han robao, ¡me la han robao!" y tampoco... es que no los había dejado donde yo creía... Alrededor de la pista de baile hay una zona con mesitas y sillas (desde donde incluso puedes vender tus acciones de Australia) y yo me hubiese jugado la minga a que había dejado mi polar y mi bufanda en las que hay entrando a la derecha… y no, estaban en las del fondo a la derecha (por lo menos, acerté el lado). Menos mal que Pablo “el not drunk pero que está opositando para serlo” me indicó amablemente (“anda, gilipollas, que pareces tonto: ¡miálos!”) la situación exacta de mi polar y mi puta bufanda.

La verdad es que quitando mi episodio de crisis alcohólica pensando que me habían quitado la bici, la noche estuvo bien, si si. Lo de la pink party fue buena idea. Conoces gente (jejeje). Hubo gente que se lo curró mucho, como mi compañero de corridor, el Lukas (despues de esa foto comprenderéis por qué ahora cierro la puerta mientras duermo) o una americana... yo lo único que hice fue pillar unas servilletas rosas que le sobraron a este Lukas y forrarme la bufanda. Lo malo de que te obliguen a ponerte cosas rosas es que la gente da rienda suelta a sus más escondidos instintos, y hay momentos en los que acojonan (además, ojito a la inscripción que llevaba ese pavo en la espalda... bueno, y a lo cabroncete que es Jorge, pero no entremos en otras disquisiciones). Hubo gente que no llevaba nada rosa, pero en algunos casos, es perdonable (además, en la Cleo ya había conseguido algo rosa). En otros casos, solo es disculpable porque yo sé lo que pasaba con el puto ponche, pero si no, son merecedores de pena capital. También puede surgir el amor entre gente que sin cosas rosas nunca hubiese pasado… pero vamos, en general, bien… Buen rollo, que dicen los jóvenes.

Y nada, ahora a ver qué pasa este fin de semana, porque hay exámenes y tal... No se, algo haremos, pero espero que sea tranquilo. Igual el siguiente post va de que hemos descubierto una nueva discoteca, porque el sábado cierran el Koren, que era la alternativa a las fiestas en la sauna de Porson, así que en principio, iremos al centro, a buscar garitos nuevos (bueno, creo que quedan dos por descubrir, bastante pequeños y peores que la Cleo, pero total...)

Un salido!!

jueves, octubre 13, 2005

Yo que pensaba que iba a volver con un acentazo inglés de la ostia...

… y voy a acabar hablando asturiano. Yo que cuando salí de mi hogar, allá en la tierra de los cachirulos pensé: “Voy a volver aquí con un acento como el de Chemari Aznar (recuerdo el “estamos trabajandou en ellou”)” y resulta que esto es una plaga de asturianos y gallegos, que vienen a ser lo mismo (jejeje… ahí, ahí les duele a los asturianos X-DD). Me están pegando aquí el acento entre todos.

Bueno, y nada, que actualizo para que no me deis la moña, pero no hay mucho que contar… Os voy a decir como es un fin de semana en Lulea:

Viernes: Cogemos un puñado de cervezas o de alcohol del que trajimos de España (a los que todavía nos queda) y nos vamos a hacer “preparty” a casa de alguien (resulta que en inglés “botellón” no es “bigbottle”, tú… se dice “preparty”) y bebemos algo por allí. Ya digo que en breves (cuando acabe el alcohol) serán o cervezas de 3’5 grados o si tengo cojones de bajar hasta el centro a la tienda que venden alcohol normal, pues pillaré “comadrejas” de 7 (se llaman comadrejas porque llevan un bicho de esos en la lata… bueno, no se si es una comadreja, un glotón o qué hostias, pero las llamamos comadrejas ¿fale o no fale?). Luego, medio pipos, decidimos qué hacer… podemos elegir entre una amplia variedad de discotecas y centros de divertimento y lenocinio… ¿os lo habéis creído?. Vale, mejor, porque yo tampoco. Podemos decidir entre bajar a la Cleo en bici, bajar a la Cleo en taxi o no bajar a ningún sitio. La Cleo es la discoteca (y digo bien: “la” porque no hay más… bueno, miento, debe haber otra en la que van perrillas calentorras dieciochoañeras, a la que ya está deseando ir ese de Madrid que le tiraría los tejos a mi Vileda, pero ahí no hemos ido). Los viernes la Cleo es gratis, aunque creo que te obligan a coger un guardarropa de 20 coronas (2 neuros… afordable). Estamos allí hasta las 3, bebiendo, cómo no, cervezas (lo que nos podemos permitir) y luego hacemos “posparty” hasta las cinco o así. En teoría la postparty es ir a otra casa a seguir montándola, y bueno… el otro día en casa de Paco, si que la montamos porque íbamos muy tajados (creo que no quedó un cojín en los sofás, y una maceta sufrió la furia española… ¡que se joda!. ¡Por sueca estrecha!). Esto a las 4:30 de la mañana, en una casa que Paco comparte con otro puñado de gente, suecos entre ellos. No dijeron ni mu, tú. El Paco dice que los tiene acojonados, y va a ser verdad, porque con la escandalera que montamos, no sé como no llamaron a los geos. Había una puerta metálica en un armario de la cocina, y dice uno (llamémosle uno) que llevaba una guaza importante “Esssto el año pasado sonaba la osssshtia” y empezó “Falso amor ¡¡pum pum!! falso amor ¡¡pum pum!!” (el ¡¡pum pum!! Son ostiones que le estaba soltando a la puerta metálica, que luego nos dijeron que se oía tres pisos más abajo, así que imaginaros en la casa…). Pero vamos, eso no es muy habitual. Lo normal es que acabemos en una casa, hablando durante cinco minutos y despidiéndonos durante dos horas (es muy español, eso. ¡Que me voy!... ¡Si yo también!.. bla bla bla… ¡Huy que tarde!... bla bla bla… ¡Me tengo que ir ya…! bla bla bla…).

Fotos de lo que cuento sobre estas líneas (tengo que decir a mi favor que no son mías, sino de Jorge):
De la preparty (pongamos 21:30): 1 2 3 4 (y lo del pozal era ron-cola, señores)

De la Cleo:
Javi "el espinete" un poco perjudicado ya.
Pablo the drunk agarrándose cual mono a papá Dani, porque si no se cae de la tarima.
Panoramica con Manu e Isidro.
Panorámica con Pascal, una víctima de su propia fama.
Doy mucho asco y no soy gay. Espero (y creo) que Manu tampoco.
Esta es la clase de fotos que le gusta hacer a Jorge.
Pero qué buenas están las suecas, madreee...

De una postpary en condiciones (pongamos las 4:30, con un corridor lleno de suecos educados durmiendo): 1 2 3 4 5

Y luego el sábado sabadete… Lo que suele hacer la gente es ir al Koren, que solo vale 40 coronas entrar (la discoteca vale 100, y no dejan entrar a los menores de 23, no se por qué, así que como en el grupo que vamos hay tiernos infantes, pues no vamos), pero los españoles que somos más chulos que nadie no hacemos eso: organizamos la fiesta por nuestra cuenta. No se si he comentado ya (pero es que no me apetece releerme todo el blog, porque escribo mucho y soy muy pesado) que en Porson, donde vive el otro sector Erasmus (muy cerca de la uni) existe la posibilidad de alquilar por 100 coronas una sala grande en un edificio que hay en medio de las casas (las casas hacen como un circulo y en el centro hay una caseta con las lavadoras, una sauna y una sala grande de la ostia). Entonces, lo que hemos hecho los españoles varios fines de semana, es alquilarla y montar allí fiestas. Es curioso: ha sido inversamente proporcional la cantidad de gente que ha ido con lo currada y bien que estaba la fiesta. Me explico. La primera vez fue en el cumpleaños de Dani (y eso sí que se que lo conté). Las únicas luces que había eran los neones de la sala, lo cual era mucha luz (o muy poca si las apagábamos todas XD) y un equipo de altavoces de ordenador que hombre, no estaban mal… tenían subwoffer y todo, pero la sala es muy grande y no llegaban cuando había mucha gente. Luego fuimos decidiendo hacer bombillas de colores (las preparó Dani, que es un manitas… a pesar de ser industrial; hasta metió cebadores en los cables y entonces parpadeaban y todo), compramos un amplificador de 50 coronas (que se nos jodío la primera noche que lo usamos) y sobre todo… ¡vimos negosi!. La sauna esta tiene una cocina y una nevera (en un cuarto aparte) y el día del cumpleaños de Dani metimos ahí cervezas para uso privado. Bien, pues aquello se convirtió en la sauna de Alí Babá y los ciento cincuenta ladrones (si, ciento cincuenta… ya digo que fue un éxito :-) )y volaron la mitad de nuestras cervezas en manos desconocidas. Pero claro, eso nos dio la idea de vender nosotros cervezas. ¡Cojonudo!. Una lata de medio litro 20 coronas, tres latas 50 coronas. Buen margen de beneficios, buena idea… ¡pues entonces la gente dejó de venir de venir…!. Este fin de semana creo que hemos vendido unas 20 cervezas y los organizadores (uséase, nosotros) se beberían unas 60. Hombre… en realidad tampoco pretendíamos salir de pobres con eso, pero no nos compensaba, porque tienes que bajar al puto centro del pueblo a comprar cervezas de graduación normal, cargarlas hasta Porson (que serán unos 20 minutos de bicicleteo cargados con cervezas que suelen tener la mala costumbre de caerse de las bandejas traseras de las bicis), tenemos que ir a preparar toda la movida y lo peor es que el domingo, con toda la resaca, tienes que levantarte pronto para ir a limpiar todo aquello, y chico… hay que ver… para la poca gente que nos ha venido, hay que ver lo que enguarran los hijos de puta. así que hemos decidido chapar el chiringuito, por lo menos, hasta después de los exámenes. A Simon (un alemán) le dijimos que íbamos a dejar de hacer fiestas y se nos indignó. Jeje. Dijo, y no le faltaba razón, que hombre, que por qué, que era la mejor manera de juntarnos los Erasmus, conocernos, hablar… y lleva razón, pero joer… es que no tiene mucho éxito y no compensa. Nos hemos enterado de que para Halloween los americanos quieren organizar una fiesta. Bueno, pues eso será nuestro estudio de mercado. Si la gente va a eso, igual nos animamos otra vez. Por lo menos, hemos encontrado otra cosa en la que desperdiciar nuestro valioso tiempo… el maravilloso y ya clásico Counter Strike. Nos estamos poniendo morados ¡je jeeee!. Bueno, hoy no, porque estos hijos de puta no se han conectado hoy, y me he quedado sin mi dosis… además, he intentado poner bots (estoy muy viciado, yo) pero no se como se hace (que no se entere el puto Ponce, que se me descojonará, porque a pesar de ser industrial, él tiene bots y yo no). Pensaba que habría perdido toda mi puntería, pero bueno… todavía he reventado algunas cabezas, ¿verdad Dani?. Por cierto, a ver si le arreglo el ordenador, porque ahora usa como excusa que si el ordenador le va lento, que si la abuela fuma… así que a ver si lo dejo sin excusas.

Y bueno, hoy tenía una presunta defensa de prácticas (digo “presunta” porque en realidad solo era para chequear cómo íbamos, y ver si teníamos alguna duda, o algún problema) y he ido con una resaca bastante considerable. Me acosté a las 5 porque hoy era el cumpleaños de Lukas, mi compañero de piso austriaco y a las 12 organizamos fiesta en casa. Se agarró una guaza el Lukas éste que se caga la perra. Empezamos a sacar todo lo que teníamos y hala… a beber. Empezamos a jugar a juegos de estos de mandar beber y claro, como era su cumpleaños, pues todos “¡Que beba Lukas, que beba Lukas!” y nada… potando acabó. Llevábamos idea de meterlo en un tren con destino a Estocolmo, y un billete solo de ida, pero se retiró antes… otra vez será. Me tengo que enterar de dónde sale el transiberiano... si haces putadas así, las haces a lo grande.

Fotos:
Este es un francés... aunque enseguida habríais sabido lo que era aunque no hubiese dicho nada... X-DD
Este es otro frances... les va jugar con cremitas blancas ¿eh?

Por supuesto, hoy otra vez. Como el cumpleaños en realidad era hoy, pues nada, otra fiesta, ésta con cena y todo. Mi austriaca Connie y Sabine, una francesa, nos han hecho hasta un show lésbico, y nada, otra vez a beber, pero curiosamente, hoy, que se supone que era el día del cumpleaños, ha sido relativamente más tranquilo.

Y nada… por lo demás, las prácticas parece que van bastante bien, a pesar del Counter y de las fiestas, así que nada, bien.

Ah, otra cosa. Hoy hemos estado hablando con un sueco que nos ha dicho que Lulea es famosa por ser la ciudad más ventosa de Suecia. Según parece, hasta estudian en arquitectura lo mal hecha que está para no diseñar nunca una ciudad así, porque la gente se caga con el viento, así que eso de “no, si la temperatura más baja ya es, pero como no hace viento la sensación térmica es incluso mejor que en Zaragoza…” se confirma como una de las grandes mentiras.

Bueno, y una mentira a medias es eso de que los suecos son tan europeos y tan educados (lo he dicho antes, lo sé, pero es una medio mentira). Es cierto, excepto el fin de semana, cuando beben. Isidro (que ya estuvo aquí el año pasado) ha desarrollado la teoría de que como van tan reprimidos entre semana, cuando beben se desfogan. Es increible cómo empujan en las discotecas. Pero sin ningún miramiento ¿eh?. Algún dia vamos a tener un follón serio. Menos mal que la mayoría se acojonan cuando les das dos bufidos, pero ya verás cómo, de tanto tentar a la suerte, nos acabarán deportando a alguno. Es que joer, te vuelves a decirles que "por favor, dejen de empujar" y entonces te empujan a la cara, en plan de "¿Quieres ostias?". Ya verás tu como la liamos... Hombre, creo que el problema es cuando les miras a la cara, porque es como retarlos o así (vaya... parece que estoy hablando de Copito de Nieve... como éstos también son así, medio albinos...). De hecho, en la Grease (una discoteca que abría en "verano" y que ahora ha sido sustituida por la Cleo) Luis el asturiano y yo, como ya estábamos hasta los cojones de que nos empujasen, metimos un empujon con muy mala ostia a un grupo que había dando mal. Bien, pues tiramos a tres al suelo ¡a tres! (bueno, Luis tiraría a dos y medio, porque yo...) y nada, yo ya estaba escupiéndome en la mano en plan de "¡Ptchiú!... ¡Pues nada...!... ¡a ostiarse tocan...!" y los tios se levantaron y siguieron bailando como si nada sin decirnos ni mu. ¡¡Increible!!. Debe ser que el empujón y meter el codo a lo Hierro es el entretenimiento de esta gente... como no saben bailar...

Pero por lo demás, bien, gracias.