sábado, noviembre 11, 2006

¡Chico! ¡Que viernes más tranquilico!

Bueno, pues nada… Que voy a actualizar ¿o qué?

Este es un viernes diferente… después de hace mucho tiempo, es el primer viernes que me quedo en casa y/o sin resaca. Es que jooodo… Llevo unas cuantas semanitas que ¡ya, ya!.

Por ejemplo, el 19 de octubre (jueves). ¿Qué pasó? Pues celebración del cumpleaños del Coca.

No es que le llamemos “Coca” porque sea el farlopero mayor del reino. Nooo… es que (el pobre) se llama Andrés Coca. A ver… lo de “pobre” no es porque su apellido esté mejor o peor, sino porque da lugar a confusiones varias. Este mozo es el que hace dos posts comenté que había venido desde Chiclana (con dos cojones y un Fiat) a hacer Industriales. ¡Ah! ¡Por cierto! Este pájaro viene de la Universidad de Sevilla, donde hacen todos los años una gala de entrega de Oscares, y entre otras lindezas, es de donde salió el “Himno teleco” (Emule-link) que tanto dio que hablar en Luleå. Se puede decir, básicamente, que se ha venido a vivir con un amigo (informático) que se llama Miguel, compañero de fatigas, rayadas y mayormente de borracheras desde que entramos en el CPS en el año 2003 (joée, cuanto tiempo ha pasado… ¡que viejo soy!). El “se puede decir” es porque hay otros dos compañeros más en el piso, pero uno habla poco y además es un poco cochino y rácano (según dicen éstos) y lo van a nominar, y el otro reparte su tiempo entre la casa de sus padres y este apartamento, que tiene de piso franco para las noches de jolgorio y (excusa finolis) porque “le cae más cerca de su empresa” (este otro es el Magnetic… algunos ya sabéis de sus andanzas)

Tras la cena y, sobre todo, una botella de Bombay Saphire para poco más de 3 (las chicas casi no bebían) fuimos (otra vez, ya somos asiduos) bastante perjudicados (todos, todos) al famoso bar “Los Atunes”. Esta vez, incluso hicimos fotos. Lo que siento es no haber hecho fotos del espectáculo que montan con los abanicos y la canción de “Libérate”, pero como era jueves no había muchas camareras, y no podían hacer el espectáculo en plan “Bar Coyote”.

Bueno, pues este día, acabé relativamente malito por culpa del Bombay Saphire. Eso si… volví bastante pronto (ehm… las 4:30) a casa. Más que nada, porque no se quedaba nadie, pero no es lo normal. Lo normal es lo que pasó, sin ir más lejos, un par de días después: el sábado 21.

Ese día, cosa excepcional, se quedaba Miguel en Zaragoza (es de Calatayud y se suele marchar los fines de semana). Pues bueno, ¡por ahí de picos pardos otra vez! Problema: Antes de ir a los baretos quedamos en casa “MigueCoca” y ¿Qué diréis que habían comprado los bellacos? ¡¡Otra botella del puto Saphire!! Ya solo sé, por informaciones recibidas en días posteriores, que debimos ir directos desde la casa a “Los Atunes”. Pues yo juro y perjuro que de eso ya no me acuerdo. Como no me acuerdo de haber ido, obviamente tampoco recuerdo dejarle a la dueña la taza del váter llena de potada, pero por consejo expreso del Coca, le pedí perdón por ello. Por lo visto, este Coca es todavía más asiduo que yo, y ha ido por allí a echarse un par de chatos sin nosotros, y en una de esas veces, la dueña le debió comentar… sutilmente “Joer, tu colega el de los pelos… ¡hay que ver como me dejó el váter el otro día”. Así que una de las veces que hemos vuelto por allí, le pedí disculpas.

Bueno, pues esa noche, el Miguel y el Coca (por cierto, también conocido como Andréh) se fueron a casa a una hora prudencial, cosa que yo siempre que salgo tengo el firme propósito de hacer… peeeero, me encontré a otro amigo de Jaca, y nos quedamos, mano a mano, hasta entrar en la “DeLuxe” (o "DaLuxe" según apostilló Mr. Wikipedio el otro día). El caso es que, borracho cual cuba, acabé activando la tarjeta de crédito y sacando pasta en el cajero de la plaza del Pilar, entre tres indigentes que estaban durmiendo allí, y pagándole media entrada (de 10 ó 12 huracos, ni me acuerdo) a éste de Jaca. ¡¡Cawen!! Mira que siempre digo que no quiero ir a estas discotecas, que son carísimas, pero nada… No se qué me pasa, que llega un nivel (alcoholico) en que se me desata algo en el cerebro y entonces digo “Venga… ¡ahora hasta las 7 no me metéis en casa!” Y efectivamente, efectivamente. Hasta las 7, ¡nones! De ahí las broncas en casa, especialmente si cuando salgo por ahí hasta las 7 es un jueves. Yo creo que eso de que salga entre semana les jode… ¡¡les jodeeee!! ¡Que pa qué! Bueno, especialmente si el sábado vuelvo a salir hasta las mil. Eso sí, hubo un jueves… bueno, viernes ya, que se montó un pifostio que sí me merecía… Con estas idas de pinza, aparecí en casa a las 9:30, después de que mi madre me llamase al móvil diciendo que “se iba ir al Colegio a currar y que estaba preocupada”. Ahí sí que es justo y necesario decir que se me fue la mano un pelín. En mi descargo, comentar que había mujeres de por medio... ¿qué? ¿sexo?... ¡¡jaja!! Nooo... Acabamos Magnetic y yo desayunando con un par de señoritas... bien simpáticas y que encima están como un copón de buenas, todo sea dicho. Pero no pasó nada más.

Otro ejemplo de lo de que se me cruza el cable: 26 de octubre (jueves, una semana después):

El Alemaño (Stephan) que me han asignado como “pupilo” me invitó a su casa a cenar. Es una lástima no tener fotos, porque había tres alemanas, una italiana y luego, bueno… un amigo de la italiana, el Alemaño, su compañero de piso (un sueco) y yo. Bien… Vale. Este Stephan estaba malucho y no salió. Entonces yo me fui con el resto de la gente al Bedel (creo que se llama así; es que siempre que llego al casco, ando demasiado perjudicado como para andarme fijando en nombres de bares). Hasta ahí correcto. Llegó un momento en el que el Bedel (supongamos que era ese) cerró, y todos se empezaron a ir a su casa. ¿Qué hice yo? ¿Irme a mi casa que está a cinco minutos del bar éste? No. Una vez más, eso sería lo razonable. Me fui a pata con el sueco, que es mu majete, todo hay que decirlo, hasta su casa otra vez ¡¡y vive en La Zona!! Se echó un porrico (¡aaay!... sueco tenía que ser. Es el único que maneja drogaínas en ese piso) y nos bajamos a un bar (creo que “La Rue” o algo así) que hay por allí hasta las 6 y pico de la mañana, los dos borrachos y solos, mano a mano. No se muy bien por qué, pero no pagamos nada. No se si es que era gratis, si nos colaron unos con los que habíamos estado hablando en la calle, o si nos vieron con pinta de Erasmus.

Pero joder… si es que esto de quedarse hasta las mil, y codo a codo con el último que quede en pié tiene que ser algo químico en el cerebro. ¡No se!… algo que reacciona con el alcohol y me vuelve más chinao que de costumbre… Mirad: El único examen que tenía en septiembre (el de A.D.E.) era el lunes 11.Vale, pues el viernes 8 estuve en la biblioteca de Filología, en el campus. Había quedado con Alberto y con Alonso que iríamos allí, y bueno, que luego iríamos a echar una cervecita muy, muy de tranquis y a casa. Yo no temía en absoluto la maldición de la frase “Una cervecica y pa casa” (para acabar apareciendo tó chuzo por casa a las 6 de la mañana) porque iba: en pantalón corto sucio y raído, con el pelo hecho una mierda (ahí es donde reside mi único y escaso chechapil, pero obviamente, tiene que estar limpio para chechapilear) con el pedazo de mochilón relleno con los apuntes de ADE (libro, ejercicios, apuntes de clase, carpetas varias…) y con sandalias del pescador. Total, que fuimos al Bon Voyage (en una bocacalle de Bretón, donde habitualmente acudo con mis amigos del Instituto), y sentadicos, nos echamos dos Franziskaner… Oye… bien. ¡Bien!. Muy tranki el asunto, y tal y cual. “¿Qué? ¿Nos vamos?” Y no se a qué desgraciao imprudente (que a todo esto, igual fui yo…) se le ocurrió decir… “Oye… ¿y si vamos a echar la última a este bar de aquí en frente, que es un poco más de marcha?”. ¡Pues venga! ¡Vamos a echar una birrica! Llegamos y la camarera nos hizo el favor de guardarnos las mochilas detrás de la barra. Bien. Echamos la última, la post-última, la post-data, y al llegar a la post-parto ya… ¡lo noté, co…! ¡Como una revelación! Me saltó algo en la cabeza y le dije a Alberto “¡Cooo!… ¡Ahora ya no me metéis en casa hasta las 7!”. Y efectivamente. Después de acudir al Itaca, donde David conocía a uno de los camareros, acabamos, él y yo mano a mano (Alberto se retiró cuando Dios manda) en la sala Z (en la que por cierto, los degeneraos no nos quisieron guardar la mochila detrás de la barra). Y nos hubiésemos ido a las 5:30 si no me hubiera puesto a tirarle los trastos a una pseudo-borroka (por el aspecto lo digo… desde luego, no parecía de las Juventudes del PP), que era de Navarra, y con la que, a lo tonto, a lo tonto, nos entretuvimos otra hora más. Decir que el Alonso se merece un monumento: cuando nos estábamos yendo, vi que la señorita ésta se me quedaba mirando, y ya en la calle, me paro, le endoso la mochila al Alonso y le digo “Aguanta”. Y éste “Pero… ¿A dónde vas?” y yo… “¡¡A ligarme a una piba!!”. ¡Y me metí p’adentro otra vez, dejando a éste con la mochila en la puerta! Al final, se cansó y entró, me vio de cháchara con la jóven y dijo “Bueno, ¿qué? Que nos quedamos ¿no?” Y se fue a por un par de cervezas (que pagó él). Bueno, pues nada… esta tipa estaba con otra pareja (Dios los maldiga) que se marchaba, y ésta se salió, en principio, para despedirse de ellos, pero él empezó a contar que andaba intentando sacar a la venta unas camisetas de las que él había hecho el diseño y bla bla bla… Total que yo intenté meter baza con las putas camisetas, pero no hubo manera de rascar nada, y nos fuimos. David me prestó pasta para pillarme un taxi en la Gran Vía (antes aún hablamos con unos sudamericanos que ni me acuerdo de lo que contaron)… el caso es que al llegar a casa, contentillo (siiii… sólo contentillo) pero reventado abrí la puerta y “¡Snif!, ¡Snif!... ¡¡Mierda!!... ¡Huele a café!”. Efectivamente: Mi madre ya estaba desayunando (es decir, por lo menos serían las 7:30), y me dice… “¿Qué? Has salido, ¿eh?” Y a mi solo me dio como para decir “Sshshsssíi… Un pjokito” mientras hacia el signo de “pene diminuto” (para que entendáis… ¡eeh! a mi me han contao como se hace, que si no… ¡de qué lo iba a saber yo!) con el índice y el pulgar, y correr a acostarme, sin lavarme los dientes ni gaitas.

Pues eso, que no sé que me pasa, que me tengo que controlar. Porque encima esto no es todo lo que ha pasado, pero me canso ya. Además, llevar esta vida de depravación... ¡¡me cuesta una pasta!! Queda pendiente de contar la quedada con los ExLuleanos de este fin de semana pasado (si, si... y la despedida del Bomba, que lo tengo por ahí... ¡Pedrito, no te libras!).

Para terminar, y como nota chusca… decir que casualmente, el pavo este diseñador de camisetas al que yo acuso (más que seguramente, de forma injusta) de fastidiarme la cosa con la borroka, es el mismo “amigo de la italiana” que vino a la cena del Alemaño del 26 de octubre, y de alguna manera, sufrió su castigo, porque todos hablábamos en inglés, y él era, con diferencia, el que peor lo hacía… ¡¡hala!!

¡Ay! ¡Se me olvidaba!... ¿en qué estaría yo pensando? Lo he dejado en la empresa y me he metido a hacer un proyecto en el CPS. De simulación en un cluster de ordenadores con LAM/MPI y el simulador OMNet++... Ya lo contaré otro día, si me quedo sin borracheras que relatar, que se que os interesan más... ¡pataliebres! ¡gambiteros!

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Ostias, co! vaya tela de findes que te montas... deja algo pa los demas! xDD

Un abrazo

.: Héctor "El borrajudo" :. dijo...

No,no... si he contado poco más que un par de jueves... Pues anda que no hay más movidas. ¡¡Estoy reventao, co!!. Necesito paz y carma interior.

El Abuelo dijo...

El Stephan este alemaño no hablará español con acento peruano? Porque ya seria la ostia q fuese el alemaño de Nottingham (novio de la alemana q vivia con Diego).

Ya veo q en vez de irte fuera de España te traes las fiestas y/o la vida erasmus pa casa. Es otra opción!

.: Héctor "El borrajudo" :. dijo...

¡¡Hombre!! Agueeelo!!! Actualiza tu blog, co!!

No, no.El Stephan este habla español bastante regulero. Lo aprendió en tres semanas cuando le dieron el Orgasmus.

Y lo de las fiestas... pues si, pues si...llevo una temporada que joooodo. Por cierto, anoche acabé en el Café Hispano. ¡¡Está de puta madre!! ¡Está lleno de matures!

Anónimo dijo...

que te gusta una mature....

.: Héctor "El borrajudo" :. dijo...

No, no... ¡me gustan muchas!

Anónimo dijo...

jajaja, joder, co, sigues en tu linea por lo ke veo
sigue asi!!! ;) xDD
un abrazo tio

Anónimo dijo...

joder hector tio jajajajaja. Que cosas nos cuentas... A ver cuando nos vemos y las cuentas de primera mano. Salud!

.: Héctor "El borrajudo" :. dijo...

David: Hombre... tengo que reconocer que he hecho un esfuerzo considerable para prolongar la esancia Erasmus lo más posible. A saber: 1) Trabajar poco 2) Beber y salir mucho 3) Ir a las fiestas Orgasmus que pueda

Priss: No te preocupes, que lo del pene pequeñito es para indicar algo "pequeñito" no "pene". Ya pondré una foto o algo.

Sergio: ¡¡Joer!!. Pues si. ¡¡A ver si consigues librar algún jueves/viernes, llamamos al Miguel y al Magnetic y nos vamos por ahí de bebercio!!

Anónimo dijo...

Jejeje estaba yo convencido de que se te habria olvidao ya lo de la despedida del bomba...

Pos nada, a seguir asi Có! Ya habra tiempo pa trabajar, dimelo a mi que el Omnet++ tb es amigo mio

.: Héctor "El borrajudo" :. dijo...

Joe, Pedrito... ¿También te han pringao/engañado a ti para currar con el Omnet ese? Juas juas... Pues nada, que Dios reparta suerte (porque como reparta justicia, vamos de culo)