martes, octubre 07, 2008

Exportación de BorrajaX a China

gran muralla
Bueno, pues por fin me he decidido a escribir en plan Tochenko[YouTube] un post sobre un viaje de tres semanas a China y Tailandia (bueno… Tailandia, Tailandia… tres noches en Bangkok[YouTube], en realidad) que tenía pendiente desde que volví a finales del mayo pasado.

Antes de que sigáis, debo advertiros a los que esperáis historias de sexo, drogas y rock and roll, (es decir, alguna de esas en las que acabo haciendo el ridículo más espantoso) que ya podéis ir dejando la lectura, porque de eso, en el presente post, más bien poco, puesto que a este viaje fui con mis señores padres que me mantuvieron en el redil y a salvo de malas influencias, compañías o sustancias… Vamos, que fue un viaje muy normalico.

La finalidad de este post es triple. Aparte de las dos habituales de, por un lado, poder refrescar dentro de un tiempo en mi memoria lo que aquí detallo, y por otro, intentar distraer un poquico al personal, este post servirá también para explicar mi ausencia de los bares (perdón: de “La Recogida”) durante el mes de mayo, desmintiendo así los rumores esparcidos por un par de… ¿amigos?... no, perdón… ¡de un par de hijos de la gran puta! que aprovecharon mi ausencia para explicar a todo el garito (concentrándose especialmente en el sector femenino) que no salía porque sufría una grave enfermedad infecciosa. Un herpes genital, dijeron… ¡Se puede ser cabrón! De todas formas, insisto, pareja de degenerados: el día que no salgáis vosotros, todo el mundo sabrá que no habéis podido salir por las infecciones sufridas tras vuestra operación para implantaros una prótesis hidráulica en el pene.

Inicialmente pensé colgar un buen número de fotos típicamente turísticas aquí, pero, la verdad, teniendo cosas como la Wikipedia y el Google Earth (con el Panoramio) no merece la pena. Prefiero contar en este post algunas de las cosas que me fueron llamando la atención y ya está… Para saber en detalle qué ver por allí, ¡os compráis una guía! Como mucho, pondré algún consejillo de viaje, por si habéis encontrado esta página al buscar información sobre viajar a China, pero que sepáis que, de eso, más bien poco. Aún con todo, ha salido largo que te cagas (en mi línea habitual: ya me había desviado mucho de ella últimamente). Ocupa trece (sí: trece; agárremela que… ¡bien!) páginas en el Office… Al igual que el post de Riga, está dividido en etapas, por lo que os recomiendo leer un día una, tras un buen descanso, otra etapa... y así. Vuestra integridad mental corre peligro, si no. Eso sí, para los que no queráis leer mucho, quedaros con un par de ideas: polución y riqueza mal repartida. ¿Si? ¡Pues ya podéis dejarlo!

Debo admitir que albergaba yo la inocente e irreal esperanza de haber vuelto a España pudiendo tirarme el moco sobre la “la cuán diferente cultura milenaria había conocido”, cosa que siempre viste mucho en las conversaciones; pero no. La verdad sea dicha, en dos semanas en las que estuvimos acompañados por guías hispano-parlantes, que nos llevaban del hotel al sitio turístico, y vuelta al hotel otra vez, poco se puede aprender acerca de cómo son los chinillos de a pié, pero sí es cierto que me quedé con la sensación de que tienen que ser un pueblo curioso de conocer; un pueblo que probablemente está perdiendo sus raíces a pasos agigantados con la entrada del “nuevo comunismo”, es decir: capitalismo brutal en lo económico pero de partido único (prácticamente dictatorial) en lo político… Habrá que ver cómo digieren eso en la “nueva China”; ver cómo asimilan las ya palpables diferencias de renta existentes entre, incluso, zonas dentro de la misma ciudad y hacia donde les conduce todo eso. ¿A dominar el mundo o a otra guerra civil? ¡Pues vete a saber!… Eso sí: al menos, en los momentos un poco más distendidos (véase en algún crucerillo en el que había algún rato relativamente muerto, o entre un sitio de visita y otro) nos dedicábamos a interrogar a los guías acerca de qué opinaban de Mao, de la nueva situación económica, de la apertura al mundo, de la política del “hijo único”… y algo les fuimos sacando. ¡Vamos, que como podéis apreciar en la foto junto a estas líneas, nos pasamos por el forro los consejos que un par de meses más tarde se les dio a los deportistas y periodistas que acudieron a las olimpiadas de no sacar temas polémicos!… ¡¡Aaay!!... Una pena… ¡si lo hubiesen advertido antes!…

Bueno, pues lo dicho… Voy a ir etapa por etapa poniendo las cosas que me llamaron la atención en cada sitio (no os privéis de hacer click sobre las fotos para agrandarlas) Disclaimer: las fotos quizá no se correspondan con la etapa en cuestión: yo cuento qué me llamó la atención en cada lugar; ahora bien, igual las fotos que lo ilustran son… pues de donde me salga a mi de… de ahí… ¡¡de los huevos, vamos!! que pa’ eso es mi blog.

1) Beijing: La ciudad de los rascacielos tranquilos.

Es muy cierto que en esta ciudad iban a celebrarse unos Juegos Olímpicos a tres meses vista y, obviamente, los chinos lo habían dado todo todito todo, especialmente con el deseo que, según parece, albergaban de dar una imagen chachi-piruli a este nuestro primer mundo occidental pero, las cosas como son: se me cayeron las gónadas al suelo cuando, yendo con la furgoneta por una autopista de seis carriles en cada sentido (que, reconozcámoslo, son muchos carriles) no hacía más que ver grandes explanadas verdes salpicadas de rascacielos ultramodernos, los cuales, curiosamente, no daban ninguna sensación de agobio. Los que conozcáis Nueva York sabréis a lo que me refiero. La de Nueva York es la misma sensación de locura que tuve, unos días después, en Shanghai… Caos, agobio, rascacielos que parece que se te echan encima, embotellamientos, una calle cortada por sorpresa, una ambulancia que no puede pasar (eso siempre resulta un poco angustiante ¿verdad?) Pero Beijing (o Pekín) no. Curiosamente para mis gustos y costumbres, esos rascacielos transmitían una sensación… agradable. Y la rematadera: ver que en los quitamiedos de las salidas de las autopistas habían colocado maceteros primorosamente cuidados con petunias, dalias y otros floripondios. Claro, muchos pensaréis que por las Olimpiadas y sí; probablemente estarían especialmente arreglados por eso, pero en otras ciudades, como Xi’an, también los había. Algo más descuidados (bueno… que en lugar de tener flores, tenían plantas verdes… eso era todo el “descuido”) pero también, también.

Lo de las flores tiene su aquel… Las había por doquier. En cualquier sitio mínimamente turístico, aparecían a manta. Lo curioso es que la mayor parte de las veces no estaban en grandes parterres, como tenemos en España. No… ¡Cada puta planta estaba metida en su tiesto!, como si fuese una maceta de nuestras casas… ¡pero a miles!… El regar semejantes extensiones de macetas tiene que ser pelín tedioso pero claro… como son la de Dios es Cristo de chinos, podrán disponer de muchísimos regantes. Es más, en general podrán disponer de muchísimos trabajadores dispuestos a cobrar lo mínimo que les permita subsistir… Eso es competitividad, ¡qué coño!

Otra de las cosas que a todos los del grupo nos llamó poderosamente la atención fueron los gargajos… Nada más llegar ya nos quedamos en plan de “¿ein?” Pues si, señoritas… ¡¡Esputan unos pollastres que se caga la perra!! Pero en cualquier sitio y lugar ¿eh? Y hombres, mujeres, travelos… (bueno travelos no se, que de eso no vimos… en China) ¡Y además, tanto al aire libre como en pista cubierta!: no tienen empacho ninguno en emitir una escatológica serie de guturales graznidos que emergen desde más allá de la epiglotis para obtener el verdoso (o dorado, según el grado de maduración, supongo) fruto de sus esfuerzos tanto en un recinto cerrado como abierto… Si es cerrado, se aprestan a buscar una papelera o lugar similar donde echar su recientemente cobrada pieza y ¡au! A otra cosa. Sí, lo sé: asqueroso… Pero bueno… eso mismo, hace 20 años, era bastante normal aquí en España y, por otra parte creo que son los japoneses los que consideran de pésima educación estornudar en público (o mocarse, no sé bien) No se, igual esto es leyenda urbana, pero en fin… si para los chinos, esto es socialmente aceptable ¿qué se le va a hacer?… Vamos que, como dice el chiste: “si se quieren…

Si alguno está pensando en ir para allá en plan turista, que sepa que no se va a librar de visitar innumerables “museos” que, curiosamente, tienen adosada una tienda que es entre 3 y 30 veces más grande que el “museo”. Me explico: En realidad son tiendas de lo que sea (esmaltes, seda, jade, perlas, bordados…) pero en las que te explican el proceso de fabricación (más o menos brevemente, dependiendo de la tienda) Supongo que los guías se llevarán sus comisioncillas (yo lo haría) pero son interesantes. Además, no suelen insistir mucho para que compres… No en este tipo de sitios, en los que saben que la gente (mayormente las damiselas, las cosas como son) siempre acaba comprando algo. Ahora bien, tampoco os podréis librar, en las zonas turísticas, de hordas de vendedores dispuestos a encasquetarte lo que buenamente puedan. Los que hayáis estado en Egipto me comprenderéis… En cuanto detectan que hay un minibús con occidentales, van a por él cual turba de descendientes de Genghis Khan armados, esta vez, con cometas, libros turísticos, postales, relojes con Mao meneando el brazo (¡Aaaay!... ¡si el pobre Mao levantara la cabeza!…) y cualquier otra cosa susceptible de ser vendida.

También es necesario recomendar que si os montáis en cualquier medio de transporte conducido por un chino (ya sea autobús, taxi o carricoche) no miréis adelante. Cerrad los ojos, agarraos los machos y rezad lo que sepáis. Se nota que hasta hace cinco años prácticamente nadie tenía coche. ¡¡Dios, que mal conducen!! Además, eso de ir con los ojos medio cerrados todo el día tampoco creo que ayude lo más mínimo. Hablando de cosas raras sobre ruedas, ahí van unas fotos de rarezas…

3 montando en moto era lo normal. 4 un poco (solo un poco) más esporádicoContra el sol, ¿qué mejor que una sombrillica?Buen casco integral, ¡sí señor!


Viendo las casas se me planteó una duda existencial que me acompañó a lo largo de todo el viaje y que quizá algún lector (nunca se sabe: ahí lo dejo caer) me pueda resolver. Esta gente... ¿no sabe lo que es un intercambiador frío-calor o es que son extremadamente calurosos y no les resulta suficiente refrigeración? Lo digo porque manda cojones que en bloques de treinta alturas la refrigeración la hagan con compresores, con lo ineficiente que es eso. Todos, pero todos los pisos, con su compresor. Es más: muchos de los edificios en construcción ya incluían en todas sus terrazas elementos para disimularlos. ¡No entiendo!

Nosotros gozamos de una pequeña ventaja: el haber ido allí en fechas que no son muy turísticas para los occidentales (principios de mayo… ¿tú me contarás?) nos permitió observar de cerca dos cosas que ya se mentaban en nuestras guías:

La primera, lo disciplinados que son. Lo digo porque, especialmente en Pekín había mucho turista, pero en su mayoría era turismo interno, es decir: chino de pura cepa. Especialmente, chino venido de pueblos relativamente pequeños. Bueno, pues llamaba la atención cómo un solo guía armado únicamente con un megáfono era capaz de controlar grupos de unas 30 o 40 personas que permanecían estoicamente formadas en columna de a 4 sin cantearse hasta que el guía lo ordenaba. ¡Jé! Igualito que nosotros, mira, que éramos 10 y el pobre guía tenía que andar preguntando cada dos por tres que dónde nos habíamos metido alguno, berreando para llamar a los rezagados o a los excesivamente adelantados… da una mezcla de envidia y desconfianza, la disciplina de esta gente.

La segunda, lo mucho que llamamos la atención los occidentales a personas que no están acostumbradas a verlos. ¡Y no tienen ningún reparo en pedirte que poses con ellos para una foto! Hombre… yo entiendo que los que nos damos un aire a Brad Pitt despertemos más la libido de las personas y tengamos más éxito, pero en general sí que se nos quedaban mirando a todos con curiosidad (vale, vale: el gorro de cartón ayuda) De todas formas, ya avisan en las guías (y los guías) de que ésto puede pasar y que no hay que tomárselo a mal, que para ellos es un cumplido que les pidas hacerse una foto a tu lado… excepto si están desarrollando una actividad “potencialmente turística” y te pueden sacar la astilla por retratarles haciendo lo que sea. Eso nos pasó unas etapas más tarde… ya contaré.

Rosa Maria Calaf
Por cierto, que nos encontramos con Rosa María Calaf [Wikipedia] en un Carrefour al que habíamos acudido para comprar algún yogur y fruta para cenar. ¿Y qué se le pregunta a alguien así? Pues que si sabe por dónde coño anda el azúcar, porque no había manera humana de encontrarla. Una pena: ella no tomaba. ¡Anda, que para encontrar el azúcar también!… Ya podías hacer todos los gestos y señas que quisieras, que la dependienta no hacía más que mirarte a los ojos, sufriente y contrita por no entenderte. Finalmente una joven tradujo “sugar” a la dependienta y nos llevó junto al azúcar. Cuando después de media hora de intentonas conseguimos plantarnos frente al azúcar, nos pareció que los saquetes eran demasiado grandes y nos largamos sin comprar ninguno. ¡¡Con dos cojones!!
Los que vayáis no dejéis de visitar (sea en Beijing, sea en otra ciudad) algún gran almacén de imitaciones, como el “Silk Market”(Más información en [YouTube], [Wikipedia] ). Yo no es que sea muy de comprar cosas en los viajes, pero esto es realmente curioso. Es como un Corte Inglés, pero con todos sus productos falsos. No os esperéis un mercadillo cutre y furtivo. ¡¡No, no!! Tiene varias plantas, con sus ascensores, escaleras mecánicas… “¿Ropa falsa? Plantas 2 y 3” “¿Joyería de imitación? ¡Planta 5!” Es muy gracioso. Puedes conseguir tranquilamente descuentos del 90% sobre el precio de partida. Yo me agencié unas camisetas bastante apañadas (imitación de Puma y Billabong... ¡soy un vanidoso![YouTube]) por unos 3 euros (33 juanitos, que es la moneda de allí). Eso sí: empezaban pidiendo 300 juanitos… Supongo que todavía podía haberlas sacado por menos, pero me pareció buen precio y además, me cansé de oírles el “¿Cuánto, cuánto?” que es la manera de regatear: Tú llegas y preguntas el precio. “300”, dice el chino. Y tu “noooo, no, no… I’m very poor… I really am!” es entonces cuando el vendedor te pregunta (en español) “¿Cuánto, cuánto?”, pone una calculadora en tus las manos, para que escribas lo que estás dispuesto a dar… ¡Y comienza el juego![YouTube] Uno de nuestro grupo, que adolecía de carestía de calcetines (vamos, que se los había olvidado en España) consiguió rebajar un buen puñado de “Kelvin-Klains” de 30 euros el par a 1 euro. ¡Así funciona! Me dieron un poco de pena unos americanos que estaban comentando en uno de los puestos que “thirty bucks” no era caro por una camiseta, porque como “era de marca Puma…” ¡Pobrecicos!

Tampoco deberías perderos el Templo del Cielo. El templo en sí… pues bueno… gustará más o menos, y además, en cualquier guía encontraréis buenas explicaciones sobre él. Sin embargo, lo más interesante es el parque que lo rodea. Acudimos allí un lunes, día que parece más bien de trabajo y poco asueto… ¡Pues daba igual! Era curiosísimo ver a cientos de personas en grupos practicando gimnasia rítmica, bailando, tocando instrumentos musicales (sin pedir dinero ni nada, cosa realmente sorprendente para lo que estábamos acostumbrados… simplemente porque les apetecía juntarse y tocar un rato en el parque) jugando a cartas, al dominó… y a otras… cosas raras[YouTube]. Otros hacían Tai-Chi, Kendo (o algo así)… Incluso había grupos organizados con gente aprendiendo a hacer distintas cosas… por ejemplo, cantar, bailar tango u otro tipo de danza… Explicó nuestro guía que los improvisados profesores enseñan allí por amor al arte… Es decir, quizá es un profesor de canto, o de baile, que puede estar jubilado, o tener algo de tiempo libre y se va al parque a enseñar a los que se quieran acercar por el “aula”.

Aquí en Beijing nos enganchó el día 12 de mayo ese terremoto que azotó el centro de China… ¡Pues ni nos enteramos, tú!… Estábamos en un primer piso y ninguno notamos nada. Al salir destino al aeropuerto (era el día que volábamos a Xi’an) observamos montonadas de chinos que salían de los rascacielos, móvil en mano, y el guía nos explicó que había habido un terremoto. Nosotros pensamos “estos chinos… ¡qué exagerados son!… Vale que en los pisos altos se note más, pero joé… Tampoco es pa’ tanto” ¡Pues mira!… Luego venga a llamar gente de España, que si estábamos bien, que si fíjeseusté, lo aterradoras que eran las noticias… Algunas llamadas fueron especialmente tranquilizadoras: “¡Pues andaos con ojo, que dicen que va a haber unas réplicas del copón!…” ¿Andaos con ojo? ¡Joder!, para que no te afecte un terremoto es más bien “andaos con helicóptero” En fin…Claro; es normal que la gente se preocupe, porque “es China”, que es un único país y tal, pero hay que entender que la superficie de China es como la de Europa, y que si oyésemos noticias de que ha habido un terremoto en Ámsterdam, a nadie se le ocurriría llamar a sus amigos de Madrid a preguntar si están bien ¿no? Pues esa era la distancia que nos separaba a nosotros del epicentro. A ver, que se agradecen mucho las muestras de preocupación y el interés ¿eeeh? ¡Que no se me malentienda! Estas últimas líneas son más bien una explicación de por qué ni siquiera nos enteramos del terremoto y para recomendar que si a alguien le pasa un caso similar, no se alarme más de lo estrictamente necesario.

2) Xi’án: La ciudad de las terracotas.

Ésta es la ciudad donde está el museo de los guerreros de terracota a tamaño natural con los que se ordenó enterrar el primer emperador de China (un joputa de cuidado, según parece). Eso sí: si vais por allí, no debéis perderos otro de terracotas en miniatura, menos conocido pero igualmente acojongante: el del mausoleo de Hanyangling, perteneciente al octavo emperador de China. La historia no deja de tener su triste gracia, sí: Veréis, el primer emperador (llamémosle Qin-Ki [Wikipedia]) debía ser bastante borde (hombre, no creo que unificase China dando besitos en la boca, precisamente). Una vez conseguida la unificación, el pavo se debió empezar a aburrir, y se le ocurrió que bueno… que ¿por qué no le enterraban con estatuas que representasen a todo su puto ejército? Casi 8000 gachos… Sí, ¿por qué no? Me imagino la cara de los artesanos a los que fuera el Qin-Ki este diciendo: “Mirad, cós… como soy el puto emperador, y me apetece, me vais a hacer 8000 figuras de terracota que representarán a mi ejército. ¡Pero no me hagáis un molde y a tirar copias ¿eh?! ¡¡No, no, no!!… Va a ir posando todo mi ejército y me lo vais a hacer personalizado, ¿sabes como te digo, neng? ¡Todos distintos! ¡¡Tuning totás!!… Pero mira: además, no va a ser terracota cualquiera, ¡nooooo!… ¿Qué tú sabes?: el color imperial que se lleva ahora es el negro ¿verdad? Bien, pues ‘cuchame: me ha contao el Ju-Lín que de gotelé y estas cosas sabe un rato, porque me alicató los baños del palacio de mi última concubina, que en aquella montaña de allá en a-tomar-por-culo-número-cinco hay una tierra que, cuando se cuece, se queda negra, negra… ¡Pues utilizáis eso! Pero en realidad, esto es solo por joder, porque una vez hechos los moñacos, me los vais a pintar con coloricos monos que te cagas ¿sabes? ¡Qué se note que somos pudientes!... Y así se hizo. Vamos, que el chaval, majetón era un rato. Aparte de con estos Geypermanes de la época, también anduvo tocando los huevos a la peña con la construcción de la Gran Muralla. Claro: semejantes hijoputeces hicieron que al poco de diñarla (antes, o no tuvieron huevos, o la gente estaba demasiado cansada) se iniciasen unas revueltas que te cagas. A raíz de esto, se impuso la dinastía Han, surgida de esas revoluciones y que se presentaba como “la dinastía de los campesinos” (en plan ¡poder p’al pueblo! y eso). ¡Pues sí!… Me vuelvo a imaginar la cara de los artesanos de la época cuando, escasos 60 años después de la muerte de este primer emperador Qin-Ki, llegase el Liu Qi [Wikipedia], sexto emperador de esta “dinastía del pueblo”, con las manos en los bolsillos, silbando "La Internacional" y dijera: “Pssss… ¡¡Chi-… chinito!!”. El chinito artesano que levanta la cabeza y escucha proseguir al emperador: “¿Te acuerdas del primer emperador, el cabronazo ese que os ordenó replicar todo su ejército a tamaño natural?... ¡¡Qué mariconazo, ¿eeeeeeh?!! En fin, mira: yo… yo tengo un trabajillo pa vosotros… Mucho más apañao, ánde va a parar, hombreeeee. Os comento: yo, como soy de la dinastía de los pobres no voy a ser tan joperra como el otro, y no os voy a mandar, ni de coña, que repliquéis mi ejército a tamaño natural ¡¡noooo!! ¡Que va, que va! Eso sería cruel e inhumano ¿eh, que sí? No, mira: lo que quiero que me repliquéis es… ¡toda la puta vida de mi época!, ¿sabes? Ejércitos (con sus armas), pastores... Todo, todo y todo… Pero eso sí; me lo vais a hacer (como favorazo para vosotros) en moñacos de unos tres palmos de alto… Ah, y sí: usad el barro ese negro tan chulo (el de a-tomar-por-culo-número-cinco) pero luego me pintáis también los moñacos con plastidecor… ¡¡y después les vais a hacer trajecitos de seda a medida, y me los vais a vestir!! ¿mola o no mola la idea?” ¡Joder, el primero por lo menos, no los vestía!

Hombre, para matarlos, es, pero los dos museos que han quedado son impresionantes.

Del primero [Wikipedia](el las estatuas a tamaño natural) sólo han sacado unas 1500 estatuas, y han dejado de excavar, porque en cuanto desentierran un monigote, la pintura se deshace en pocos minutos, así que mientras se les ocurre alguna manera de conservarla, han preferido dejar las estatuas bajo tierra. Aun así, lo que se ve, ya merece (y mucho) la pena. Del segundo no sé bien ni qué hay excavado ni cuántas estatuas quedarán por sacar, pero seguro que varias decenas de miles (por algún sitio he leido que 60.000, pero no se si es lo que calculan que hay en total, o lo que se ha extraido ya)

Aquí en Xi'an me sorprendió lo comido que puede llegar a tener el tarro la peña por un par de detalles:

El primero se lo vi a nuestra guía: una chica jovencita que se había asustado mucho con el terremoto (Xi’an está bastante más cerca del epicentro; de hecho, cuando llegamos al hotel, había pintura descascarillada por suelos y barandillas) Como estaba bastante afectada, nos iba contando noticias puntualmente. Bien, pues recuerdo un día que, con voz quebrada y lágrimas en los ojos (literal ¿eh?) nos relató cómo el presidente de China (un tal Hu Jintao) había acudido a la zona, “a echar una mano, con muchíiisimo peligro para su vida, porque podía haber desprendimientos, réplicas, infecciones…”. La verdad es que era tal su emoción, que nos sobrecogió a todos (en otra situación nos hubiéramos descojonado debidamente) Mi padre, no sin algo de mala idea, le dijo algo así como “Sí, sí… en España también lo hacen, pero nunca hay peligro… van para hacerse la foto y quedar bien”… ¡buennnooo, bueno, bueno!… ¡Ni hablar! ¡Eso, su presidente, ni hablar! Él había ido allí a ayudar debidamente, prácticamente como un soldado más, con gran riesgo de su vida… Es acojonante. Literalmente. Como sean muchos chinos así, nos invaden (y ganan) en cuanto les salga de las pelotilles…

El segundo es que allí nos enteramos de que desde finales de mayo, y hasta que durasen los Juegos Olímpicos de Beijing no se iban a conceder visados de turista a quien no tuviese alguna entrada para algún espectáculo o competición de los mismos. Es decir, que la posibilidad de que el turismo descendiese bruscamente en el resto del país (véase, en Xi’an) era impepinable… ¡¡Pues tanto las calles, como el hotel estaban profusamente decorados con las mascotas de los juegos, los aros olímpicos y demás parafernalia olímpica!! Rápidamente, lo extrapolé a España: Imaginé cual hubiese sido la reacción de los hosteleros de Madrid (por ejemplo) si en 1992 les dicen no va a entrar nadie al país si no posee una entrada para algo de los juegos de Barcelona. Igual de contentitos que éstos iban a estar, ¿eeeeeh? ¡Venga, va! Esa es otra cosa que me resultó acojonante (y lo sigo diciendo literalmente).

Tengo que reconocer que en Xi'an las cosas ya no eran como en Beijing… Se veía más mugre, y pobreza. Lo que hay en la foto junto a estas líneas es un tejado que se veía desde el hotel, y lo que hay sobre él, placas solares para obtener agua caliente. Con el tiempo vimos que ese tipo de placas eran muy comunes. De hecho, parece bastante habitual que no haya agua caliente en las casas, e incluso nos dijeron que en algunas, ni electricidad.




3) Guilín: La ciudad de la naturaleza y de los neones.


Para los chinos, este sitio [Wikipedia] debe ser lo que para nosotros es un pueblo pirenaico bucólico y pastoril en el que vivan tres personas, porque “solamente” tiene 670.000 habitantes y, para las cifras que se gastan allí, eso es una porquería. Al igual que en los pueblos pirenaicos, la mayor parte del turismo es de tipo natural y paisajístico. Tiene formaciones rocosas curiosas, grutas (paisaje kárstico [Wikipedia]¡tomaaaa!) un río en el que se hace un agradable crucerito y unos campos con, entre otros cultivos, arrozales típicamente chinos… ¡absolutamente preparados para sacarle pasta al turista!

Me explico: después del crucerillo, que es lo que hace todo el mundo, nos ofrecieron o bien descansar, o bien ir en un cochecito a ver los alrededores de Yangshuo [Wikipedia] (el pueblo donde amarra el barco) Como ninguno nos habíamos tragado 15.000 kilómetros dentro de un consolador gigante con alas para ponernos a tomar algo en una terraza, nos agarramos el coche y fuimos por los susodichos alrededores típicos. Bien, pues si queríamos hacernos una foto con las abuelicas (en realidad, tendrían menos de 60) guiando búfalos totalmente encorvadas ¡A pagar a la abuelica!. En cuanto el carricoche paraba, se acercaban madres con sus hijos en canastas para que nos hiciéramos fotos con los críos… y pagáramos… En el mismo Yangshuo había pescadores con cormoranes que posaban junto a ti y te pedían medio neuro por ello. Pero lo más acojonante ocurrió con un par de mujerucas bien entradas en años que, a mano, ayudadas con una especie de grandes cucharones, estaban transvasando agua de una acequia a otra (o algo así). Nos llamaron la atención, y desde el carricoche en el que íbamos (sin parar ni nada), les echamos un par de fotos. Bien, pues debían ser un cruce entre la bisabuela de Flash y la del Tío Gilito, porque cuando, un rato después, paró el carricoche en el que íbamos, brotaron a mi lado, metiendo la mano por la ventana y repitiendo que “Picture, money!! Picture, money!!”. ¡¡Hay que joderse!! ¡Eso sí que eran superabuelas, y no la de la serie! Para empezar, tenían que habernos visto hacerles la foto, desde relativamente lejos y siendo que lo propio de su edad debería ser estar medio cegatas (¡toma supervista!) y, para continuar, tenían que haber tirado los cucharones a hacer puñetas y haber corrido como gamos detrás del carricoche que, como ya he dicho, aún tardó a parar (¡toma supervelocidad!). Pues un euro, que les tuve que soltar.

Por supuesto, aparte de los que querían sacarte la astilla con las fotos que les hicieras, estaban los que directamente te venían a vender cosas… Postales, recuerdos, figuras hechas con hojas… De todo… Eso sí, muy modernizados… Nos mosqueamos de sobremanera cuando en tres paradas distintas del carricoche nos encontramos a la misma china metiéndonos en las narices (literal) un montón de postales, libros y demás… ¿Cómo podía ser eso? ¿Tenía superpoderes aún más potentes que los de las superabuelas? Pues no: ¡resultó tener una moto! Moto con la que, inasequible al desaliento (porque no le comprábamos ni a la de tres) nos iba persiguiendo por los caminos de cabras por los que íbamos. Pues mira: que al final, tanto dar la brasa, aún le compraron algo… ¡Ntchs!… ¡¡Pobre, pobre, mierda, mierda, que tenía una vespa que te cagas!! Eso si, ¡ya no me atreví a fotografiarla, porque seguro que me cobra!

Si alguno vais a ir, os recomendaría también que os montéis en las barcas de bambú que recorren algún afluente del río Li. Es un divertido trayecto de una hora u hora y media. También preparadísimo para sacar la pasta al turista, por supuesto: Por un lado, hay puestos flotantes que venden cerveza, pescados a la brasa y otras delicatessen. Por otro, resulta que el cauce está jalonado de pequeñas represas de cemento que hay que pasar, con algún que otro salpiconcillo, cual si de un minúsculo rápido se tratase. Bien, pues al pié de cada una de esas represillas, sin excepción, hay montado un chiringuito que echa una foto a los turistas en pose comprometida (levantado las garrillas[YouTube] con cara de velocidad o acojone, según corresponda) y que luego te intentan vender debidamente. Las cosas como son: no deja de llamar la atención ver un improvisado puesto de fotógrafo en un islote en medio del río.

Si tenéis ocasión, aprovechad para ver un espectáculo nocturno que utiliza el mismo río como escenario. Está diseñado por el director de cine Zhang Yimou, creador también del espectáculo inaugural de los Juegos Olímpicos de Beijing. Todo el mundo estará de acuerdo en que ese espectáculo fue impresionante ¿no? Bueno, pues este, a menor escala (“solo” participan 700 figurantes) también lo es. Los actores se mueven sobre el agua, ya sea con barcas de bambú como las que nos habíamos montado unas horas antes (seguro que muchos de estos actores llevan turistas por las tardes) o con algún tipo de plataforma y los reflejos, la música, las luces e incluso los propios sonidos del agua crean un conglomerado que dudo mucho que se pueda ver en España algo parecido. Aquí os dejo unos videos que he encontrado por el YouTube… ([YouTube] , [YouTube])

Y bueno… aquí caté la serpiente. Sabe a pollo. Ya lo dijo mi amigo Miguel… Estas marranadas extrañas siempre, siempre saben a pollo. Como las ancas de rana. Pues sí, pero oye… no estaba mala, no. Eso sí, creo que no estaba muy bien limpiada, porque entre los anillos que forman su cuerpo quedaban muchas vértebras a modo de espina, pero en duro. Nos la dieron asada y en sopa… ehm… ¡Sí, vale!… en la foto aparecen unas patas de pollo… Eso muy de reptil no parece ¿no? Pues no se… igual era que la serpiente se había comido una gallina ¿o qué?... Jéje… No… Sería para darle saborcillo… Lo sé, más que nada, porque la serpiente nos fue presentada formalmente y no era grande como para zamparse una gallina. Eso sí: tardaron horrores a traerla… Creo que la habían tenido que ir a cazar, y no es broma. Al menos, habían tenido llamar al criadero y traerla desde allí (¡se la vimos traer a un chino en bici!, por eso lo digo…) Esto de las tardanzas a la hora de servir es algo que nos pasó más de una vez en los restaurantes: el caso es van sacando los platos conforme están, y si uno de los comensales ha pedido algo que va a costar una hora más que el resto, que se joda y se espere viendo como los demás acaban su pitanza… Que lo sepáis si vais a ir.


4) Chongqing: Los contrastes y la contaminación.


En esta ciudad, que actualmente es la más poblada del mundo (32 millones de pavos ahí metidos) estuvimos únicamente una noche, y de casualidad. La idea inicial era haber llegado en avión desde Guilín, y embarcar directamente en el crucero que nos llevaría por las tres gargantas del río Yantgzé. Sin embargo, alguna pequeña descoordinación nos obligó a hacer noche en Chongqing [Wikipedia], y la verdad es que no me arrepiento en absoluto. El guía (Jerry) lo planificó muy bien. Nada más llegar (sin dejar maletas en el hotel, ni nada) nos llevó por la zona pobre de la ciudad y luego por la rica. Increíble. No parecía la misma ciudad. Aquí tomamos conciencia clara de que China puede tener graves problemas con las desigualdades sociales. En la zona pobre, era todo mugriento, las casas destartaladas, gente comiendo acuclillada en la calle, suciedad, dejadez… mientras que la zona rica, nada tenía que envidiar a las zonas más lujosas de Nueva York o París. Altísimos rascacielos iluminados hasta la obscenidad más hortera, lujo, gente vestida a la última moda occidental… A nuestro guía, que era muy bueno pero que estaba más salido que el pico de una plancha (lo cortés no quita lo valiente) esta “nueva China” le gustaba más que a un tonto un lápiz… ¡Algunas chinas se teñían de rubio! ¡¡Y llevaban ropa ajustada!! ¡¡UuuUUuuuh!! ¡Cómo le ponía eso de berraco, al mozo! Pero la verdad es que ver la diferencia entre casas que en España serían declaradas ruina y los rascacielos ultra lujosos ponía los pelos de punta.

También fue impactante percatarse de lo grave que es la contaminación de ese país. Es otro problema que tendrán que solucionar, por su propio bien. Durante toda la estancia habíamos venido padeciendo una neblina impenitente que nunca desaparecía. Ni siquiera en días que parecía que tenían que ser soleados: claridad, calor… ¡Pero ahí estaba siempre esa puta bruma! Bien, pues en esta ciudad confirmamos nuestras sospechas: no es niebla; ¡es polución! Lo que veis en la foto es una hoja que cogimos en un parque de la ciudad. Creo que es aligustre (planta bastante común en España). El reverso era verde; normal. Sin embargo, el anverso era negro como el betún… hasta que rascamos la superficie y apareció un verde brillante bajo una capa de negro hollín grasiento. ¡Mierda pura! ¡Polución a raudales! Si eso está sobre una hoja que vivirá, echándolo largo, unos tres meses ¿qué no habrá en los pulmones de la gente? Mis padres, que tienen la garganta tocada por haber hablado en la escuela durante cuarenta años habían venido notando un molesto y continuo picor cuya causa quedó patente aquí: el humo industrial que hay en el aire.

En ese mismo parque resultaba enternecedor ver como había gente que sacaba a pasear a sus pajarillos (¡nada sexual!, ¡¡marranos!!) casi como si de un perro se tratase… Algunos abuelitos llegaban renqueando sobre sus bicicletas con algo cubierto con un trapo. Con cuidado, lo colgaban de un árbol y, al retirar el trapo que cubría el bulto misterioso, aparecía una jaula con un pajarillo como huésped al que estaban sacando al parque para que se airease y se pusiese contento… Transmitía armonía. (¿Qué pasa? ¡¡Yo también tengo sentimientos!!... a veces)


5) El crucero de las tres gargantas.


Debo reconocer que, según se enfoque, esta etapa del viaje puede decepcionar ligeramente. Si alguno vais a viajar a China, podrías pensar obviarla, porque se "pierden" tres noches que pueden ser empleadas en otras ciudades más interesantes. Me explico: en principio, la idea de este crucero es ver paisajes. El río Yangtzé atraviesa tres grandes gargantas que, hasta hace poco, debían ser espectaculares: Desfiladeros con murallones de decenas de metros a los lados, entre los que el cauce del río quedaba reducido a una anchura de dos o tres metros, haciendo su tránsito emocionante y peligroso, espectaculares paredones que casi impedían ver la luz del sol, congostos en los que la corriente se aceleraba haciendo tan difícil la navegación que las barcas pequeñas debían ser sacadas del cauce y cargadas a mano… pero ahora, como han construido la presa de las tres gargantas y el nivel del río ha subido varias decenas de metros, todo eso ha quedado reducido a prácticamente nada. A ver: el paisaje no es en absoluto desagradable, y siempre es gracioso eso de hacer un crucerillo, pero la verdad es que si lleváis idea de hacerlo exclusivamente por las vistas, os lo podéis pensar un par de veces.

12Lo más interesante aquí es, en mi opinión, el aspecto social de la construcción de la presa de las tres gargantas: ver cómo está cambiando la zona, las nuevas infraestructuras que se tienen que construir (las viejas quedarán sumergidas dentro de muy poco) y, sobre todo, observar cómo la gente se tiene que marchar por la fuerza de sus casas porque van a quedar bajo el nivel de las aguas. Es más: cuando alguien es desalojado, la casa es derribada, para evitar que la quilla de los barcos choque contra ella y también para que no entren “okupas”. Bien, pues es el propio dueño de la casa el que, a mazazo limpio, debe destruir su casa. No importa si ha sido el hogar de su familia desde hace cientos de años: la tiene que destruir él mismo.

Esta foto, por ejemplo, me parece que tiene triste gracia… Como veréis, se trata de una isla con un par de casas. El 175 marca la cota a la que llegará el agua una vez que la presa esté al 100% de su capacidad. La cara del dueño de la casa sería todo un poema cuando llegaran los obreros gubernamentales a ponerle el cartelón en la puerta, diciéndole con cierta sorna “¡¡Huuuuy, macho!! ¡Por un pelín! ¡Por un pelín tienes que tirar tu casa de toda la vida!... ¡Toma!: aquí tienes un martillo; vete tirándola que dentro de unos meses volvemos a ver qué tal lo llevas… ¡y más te vale que lo lleves bien!

Estos desalojos masivos son una de las razones por las que Chongqing ha crecido tanto. Con el escaso dinero que les ha dado el gobierno, muchos han abierto allí un pequeño negocio, se han hecho taxistas...

También éste es buen sitio para ver de manera brutal la polución del país. La zona del Yangtzé está altamente industrializada y poblada, por lo que precisa de muchísima electricidad proveniente, en su práctica totalidad, de centrales térmicas… ¡de carbón! Esta área también es rica en minas de carbón (vamos: una combinación que te cagas para todo el mundo, menos para el medio ambiente); bien, pues recuerdo que de pronto se oscureció (más de lo que ya nos tenía acostumbrados la neblina perenne) la luz del sol durante unos instantes. ¿Qué era? Pues un barco carbonera cargando carbón. ¡¡Puto ascazo!! ¡Claro!, así se explica que cualquier trapo que rozase la cubierta quedase, automáticamente, tiznado de un repugnante negro-hollín. Por lo visto, lo que se extrae de las minas cercanas es acercado en camiones hasta la orilla del río y allí almacenado en depósitos a los que acuden los barcos para transportarlo en grandes cantidades… ¡¡Y no veas la que organizan cada vez que hacen la carga!!… Ah, y por si eso fuera poco: fábricas y más fábricas a lo largo del río. Como no solucionen eso de la polución van a liarla parda[YouTube], ya verás, ya. Pero no solo a ellos mismos, sino al mundo entero…


6) Shanghai: La locura occidentalizada.

Shanghai [Wikipedia] es la ciudad más “europeizada” de todas las que recorrimos. No en vano ha sido vilmente invadida por… perdón: ¿en qué estaría yo pensando?... acogía amablemente y de buen grado a comerciantes franceses e ingleses hasta hace poco. Contaba un amigo que algún chino “Shanghainita” decía que “él no era chino… que él era de Shanghai” y sí, es cierto que en algunas zonas que visitamos se observa esa occidentalización. Por ejemplo, hay dos “concesiones”: francesa e inglesa. Son barrios de Shanghai de los que se apropiaron ingleses y franceses tras la segunda Guerra del Opio y que eran prácticamente territorio francés e inglés, respectivamente. Como tal, las casas son de un estilo arquitectónico totalmente occidental. Es como entrar en un barrio victoriano de Londres (por ejemplo, me recordó a partes de Marylebone, la zona al sur del Regent’s Park).

La zona del malecón (el Bund) es la zona de rascacielos, y como ya he contado, eso es totalmente Nueva York… ¡la locura más loca!… Cerca de ella, está la zona de compras de Nan Ping: una calle peatonal infestada de tiendas y que te puede volver loco a base de ruido, luces, gente pasando, trenecitos (de esos tirados por un tractor) que van arriba y abajo… ¡Vamos, que si estás mucho rato ahí metido, te da un ataque de epilepsia! ¡¡Ay, si el pobre Mao levantase la cabeza!! Ver la ciudad en la que se fundó su partido comunista… ¡así!…
Sin embargo, al igual que Nueva York, esta ciudad también tiene zonas en las que te puedes reconciliar con ella cuando estás a punto de cometer un delito para que te extraditen porque ya no aguantas más… Uno de ellos es el jardín de Yuyuan que da un pequeño respiro al que entra en él. Los cercanos edificios ultramodernos del otro lado del río Huangpu hacen un raro contraste con esta tranquila construcción del siglo XVI en la que puedes pasear o tomar tranquilamente un té.
Aquí padecí en mis carnes algo que ya había percibido a lo largo del viaje, pero que no me había afectado personalmente hasta entonces: ¡¡lo mal que hablan inglés!! Como muestra, un botón: esto es un cartel que había en la habitación del hotel de Guilín. Creo que pretende informar al huésped de que solamente lavarán las toallas que se encuentren en una cesta que había por allí. ¡Creo! Sin embargo, este tipo de cosas, ni me iban ni me venían. Simplemente eran graciosas. Pero esta vez no. Al llegar a la habitación, me encontré con que la ducha estaba sucia, una luz interior del armario no se apagaba y (pequeño detalle sin importancia) el despertador no tenía pila. Escribí estas tres cosas en este mismo orden (de importancia para mí) en una nota que dejé en recepción. Al volver a la habitación me encontré la ducha sucia, el armario luciente y, eso sí: el puto despertador, con pila. Bajé otra vez con una nota similar. En mayúsculas. Nos fuimos a cenar y, al volver, la puta luz del armario seguía guiando mis pasos. Al menos, la ducha me pareció más limpia. ¡Ya no protesté más! Por cierto; al acostarme descubrí que el despertador hacía un tic-tac bastante molesto, así que le quité la pila.

Nos llamó mucho la atención ver a gente enseñando la panza. Algún guía nos comentó que era para demostrar que no estaban esqueléticos, vamos, que tenían tierras… ¡¡y "tratores"!! a las pardalas[YouTube]. No sé, no se... Igual sólo tenían calor.

La verdad es que Shanghai resultó ser un sitio prolífico en fotos chuscas y "paridosas"… Por ejemplo: dentro de los baños había con taza (normal) o tipo turco… Pues en muchos te advertían debidamente de qué te ibas a encontrar. ¡Y tengo más, señora! A continuación van unas pocas (no todas son de Shanghai, pero como la mayoría sí lo es, las junto aquí)




Aquí también visitan al amigo Roca...y conocen el Kinder Bueno ¿estará relacionado?IroníaPrevio a la visita al señor Roca
Efecto curioso de maduración¿Señal de tráfico patrocinada por Coca-cola?A comer al hotleTendederos con un par
¿Qué dice que exhiben en este museo?71 decibelios en la calle... ¡¡ya está bien!!¿Prohibido el paso a coches explosivos? ¡Más tranquilo me quedo!¡Tiendo donde me sale de los cojones!
La priva va cara: ¡35 neuros!Las medidas de seguridad en el trabajo son para vacas y mariconesElectricidad no sé si tendrán, pero cables...Eso sí es publicidad...

Instrucciones para evitar un coscorrón en un paso de techos bajosEstá bien que en las habitaciones haya "security devises" asíHasta aquí han llegadoAhí se tiene que estar que te cagas



7) Tailandia: Bangkok

¡Qué de vicio hay en este país!... ¡Madreeeee!…

Nada más llegar, nos recibió una señorita que... que no siempre había sido señorita. Así, p’abrir boca. Ahora sí lo era, sí, y no estaba del todo mal, la chavala, pero digamos que… que no venía así de serie… Nos comentaron que era lo que se conoce como un Kathoey [Wikipedia], algo muy común en Tailandia. Pero que vamos, que se había operado de todo lo operable y ya no era un “él”. ¡La de pasta que se debía haber dejado la pobre moza! La verdad es que nos dijeron que no tenía ningún problema en hablar de ello (sí: hablar sin nuez de Adán porque también se la había operado) pero nos dio un poquico de regumello, las cosas como son… Si hubiésemos estado más días, pues igual.

Por otra parte, también manda cojones que una de las atracciones turísticas de Bangkok sea “la calle de las putas” (el Patpong) A la que fuimos, fuimos. ¡Muy triste! No ya porque esté mejor o peor, sino porque claro… la perspectiva de sentarme frente a la barra americana de un club de strip-tease con mi padre a un lado, al otro, mi madre, y allá a su frente está el bul… ¡pues como que no!, no me hacía ni puta gracia. Además, los que me conozcáis sabréis que mi experiencia en este tipo de tugurios no ha sido… ehm… la más satisfactoria posible (dejémoslo ahí) y no estaba yo muy cómodo en una zona así, no. Nos recomendaron que entrásemos solo a los bares controlados por el gobierno, que son los que se llaman “King lo-que-sea” o “Queen lo-que-sea”, más que nada porque te ponen una cerveza (no muy cara), ves a las tías despelotarse y ya está; es decir, te dejan marcharte cuando te apetece. Por lo visto, existen otros en los que te dan una cerveza, igualmente no muy cara, peeeero luego te ofrecen que si unos frutillos secos, una señorita te da un masajito en el cuello, vienen a hacerte una monería por aquí, otra por allá… Y cuando te dispones a marcharte, te pasan la factura de los cacahuetes a precio de jamón, las monerías, los masajes… y hasta que no pagas, no sales. Supongo que el montante será directamente proporcional a la cara de tonto que tengas… Y como yo tengo mucha (si no, que lo pregunten por detrás de Picadilly Circus, en Londres) mejor pasamos de los antros así. Pensamos entrar en un “King no-se-qué”, porque lo de las reinonas… no sé, no sé… en semejante país podría resultar un pelín comprometido… pero al asomarnos, el volumen de la música era inaguantable y nos marchamos. No tenía mala pinta, la verdad… incluso había una terraza con gente tomando algo tranquilamente (sin ver carnaza, claro) pero para eso, pues no. Si alguno osáis ir a lo arriesgado, hay un montón de nativos ofreciendo “Ping pong? Banana?” (supongo que no hace falta explicar de dónde salen las pelotas de ping pong y las bananas ¿verdad?) y que dan unos “flyers” para que subas a bares que hay en un primer piso y veas el espectáculo… Al menos, eso es lo que dicen…

De todas maneras, la verdad es que desde la calle eché un ojete al interior de uno de estos locales y la impresión no pudo ser más deprimente: Un montón de chavalas que a duras penas aparentaban la mayoría de edad, moviendo el culo con desgana como sacos vacíos e inertes que bailan mecánicamente para sacarse los cuartos con los que alimentar a su par de hijos y pagarse el pegamento que esnífan para que las hostias que les pega su chulo duelan menos… Mmmmm… ¡Vale, vale!... Estoy prejuzgando, sí: igual resulta que son bellísimas personas, acomodadas económicamente, que solamente menean el trasero un par de horas por las noches porque les gusta bailar y porque hacen buenas amigas entre sus compañeras… ¡Pero juro que no es esta la sensación que me dio! Quizá es porque soy excesivamente mal pensado. Me pasó algo parecido a observar a un jovencito que, en cuanto nos vio aparecer, sonrió, se desabrochó tres botones de la camisa y contoneándose grácilmente, pasó por nuestro lado… ¡Será que le había entrado calor!

Hablando de calor… En Bangkok hace mucho. Pero mucho, mucho. ¡Y húmedo! Al salir a la escalerilla del avión me recibió una bofetada de aire rusiente que por poco me deja sin respiración. Y por si fuera poco, todos los templos, palacios y demás atracciones turísticas están llenas de espejitos y pan de oro que los convierte en auténticas paelleras. ¡¡Y por si todavía no fuese suficiente, en según qué templos te obligan a descalzarte!! Si a la superficie donde estás descalzo le está dando el sol, prepárate para obtener “planta a la plancha” y a dar saltitos de marica (mal país para hacer eso) que deleitan y divierten a los nativos que caminan tranquilamente por allí (yo no sé… tendrán unos callos del copón… ¡el caso es que aguantan!). Si vais a ir, preparaos para madrugar, porque ocurre como en Egipto: a medio día no se puede hacer otra cosa que estar amodorrado en sitios con aire acondicionado.

Ah, y si vais, no debéis perderos el mercadillo junto a la estación de tren de Samut Songkhran. Está camino del mercado flotante de Damnoensaduak. El mercado flotante en sí está bien, aunque es totalmente turístico: venden gorras, postales, imitaciones… es decir, nada de verduras o pescados como en otros más “reales” (y por ende, malolientes) No sé cómo serán estos mercados más auténticos, pero me imagino que me hubiese arrepentido de haber ido a uno de esos. No sé, no sé… Desde mi punto de vista, esa “autenticidad” no les da demasiado que ganar pero sí mucho que perder respecto a éste… En fin… que el mercado flotante está bien, pero a mi me resultó mucho más impresionante lo de Samut Songkhran… Si veis el video[YouTube] sabréis por qué lo digo. Ahí van otros dos: [YouTube] y [YouTube]

Es acojonante la cuasi adoración al rey que se percibe en las calles. No sé hasta que punto será oficial y hasta que punto será que la gente tiene tan comida la cabeza que adora al rey de buen grado, pero vamos… Ya en el aeropuerto había televisores que proyectaban continuamente un documental en el que salía gente diciendo lo muchísimo que le debían al rey Bumipol (gracias a nuestro rey tenemos lápices en esta escuela ¡¡Larga vida al rey!!) pero es que por las calles ya era exageradoFotos por todas partes, altares con ofrendas de flores para el rey… ¡Claro, como va diciendo que es la “reencarnación de Visnú” pues cágate!… ¡si es un puto dios! ¿cómo no adorarlo? Los que entrasteis al pabellón de Tailandia de la Expo 2008 de Zaragoza pudisteis ver un ejemplo de esta adoración: los avances hidráulicos de depuradoras, presas, etc. que había por Tailandia, no sólo habían sido instalados por orden del rey… ¡¡es que los había inventado y diseñado él en persona!! Sobrecogedor.

Bueno, y eso es todo… La verdad que el viaje resultó muy bien. Es recomendable y agradable. Especialmente, si te llevan y te traen de un lado a otro en furgoneto y te lo dan todo mascadico… Eso sí, yo todavía habría estado más días. Ver lo mismo, pero más tranquilos, porque los últimos días ya estábamos petados, petados. Y bueno, la verdad es que Bejiing sí que es merecedora de más de las tres noches que estuvimos nosotros, porque tiene mucho tomate, pero en fin… ¡ya volveré!

Anda, que si habéis llegado hasta aquí sois merecedores de un Sugus de 80 kilos…

¡Un saludo a todos! (menos a los cabrones que difundieron el bulo de mi herpes genital)

10 comentarios:

Brubaker dijo...

Muy buen post me lo he leido de arriba a abajo. Haber si tu haces lo mismo con el mio. Por cierto que radical con el nuevo diseño, ya te comentaré unas cosillas.

Saludos

Carlos Tejo dijo...

Asi me gusta, dando envidia :-) Lo de China tiene que ser una pasada. espero algun dia poder hacer una escapadita de un mes o asi (porque ir para menos.. es tonteria)

Por cierto, según los enviados especiales que estuvieron en Luleå a principio de curso, sigues siendo una leyenda dentro de los Erasmus españoles.

Anónimo dijo...

Madre mía... espero leerme este post en mis momentos de soledad en Barcelona... XDD

Pero vamos, gracias co, espero leerlo. Por ahora solo he mirado lo de los Kathouey. Recuérdamelo dentro de un mes a ver si me lo he leído que seguro que se me olvida.

Nextor dijo...

Aquí el enviado especial :P

Me acabo de enterar que te fuiste a China: que cabrón! (envidia cochina, x supuesto)

La verdad es que todavía no me he podido leer el post, así que me lo voy a imprimir para leerlo en el metro :P (que aquí en los madriles se pierde mucho tiempo ahi abajo).

En cuanto timofónica se anime a ponerme interneee, te comentaré de nuevo con las conclusiones de la lectura :)

.: Héctor "El borrajudo" :. dijo...

@ brubaker: Ya... ¿en 10 minutos te vas a leer eso, no? :D Ya se como me dices ya... Sí solo has mirao lo de las putas de Bangkok, ¡¡que nos conocemos!!!

@ carlos tejo: Jeje... bah, ¡si todo es ponerse!. Y si... lo de un mes está bien... Es que, joer... es prácticamente como intentar verse Europa... ¡Pues hay que estar tiempo! Y lo de Lulea... jeje... hombre, de vez en cuando se echa una mano a las nuevas generaciones. De eso me conocerán.

@ xmariachi: Dudo que en Barcelona tengas soledad suficiente como para acabarlo, pero bueno... la intención es lo que cuenta, no :D

@ nextor: Pues yo te daré envidia, pero tú con lo de Lulea... ¡ni te cuento! :) Me alegro de que mis ladrillos te sirvan un poco como distracción... ¡y a ver si la Timofónica se apiada de tí, hombre, y vuelves a postear tu también!. Ah, y que sepas que esperaré ansioso tu opinión.:)

¡¡Un saludo @ todos!!

Doñacol dijo...

ya esta, ya he acabado de leerlo. ¡Quiero mi sugus de 80 kilos!

.: Héctor "El borrajudo" :. dijo...

Mmmm... Lo voy a dejar en tareas pendientes también, al ladico, al ladico de la postal de China... :D

Es broma: el sugus no te lo voy a dar, porque no tengo pruebas de que te lo hayas leido todo (de hecho, no creo que nadie lo haga :D) pero la postal sí.

Doñacol dijo...

me lo he leido todito todo, no te fias d mi?

Anónimo dijo...

he llegado aqí buscando info por ahí, y bueno, está guapo lo q cuentas.. pero vaya tocho!! lo he intentao, pero imposible leérselo entero :P. De tos modos han estado interesantes las partes en q me he ido parando.

Un saludo!

.: Héctor "El borrajudo" :. dijo...

Jajaja... ya, ya... ¡¡No me extraña!! Espero que lo que hayas leído te haya sido útil

¡¡Un saludo!! Y gracias por el comentario... ¡siempre alegra ver gente nueva por aquí!