Poco que contar

Pues la verdad es que no hay mucho que contar de este fin de semana. Además, como Jorge (fotógrafo oficial, recuerdo) se ha ido a Goteborg pues no hay fotos, pero en fin…

El viernes hicimos preparty en la sauna del 11, en el mismo sitio en el que hicimos la hamburguesada del otro día. Nada, un poquillo de música en un portátil y a beber. Pillamos una pizza entre David, su novia (que ha venido a visitarlo… la pobre… Santa Laura, creo que se llama…) y yo. Yo me bebí una botellita de Viñas del Vero rosado que había agarrado en el System Bolaget ese por 44 coronas (como ya expliqué, el brick de “vino español Akesson” vale 50… como el precio debe ir por graduación…).

Luego nada, a la Cleo. Pensamos en ir a otro sitio, por la movida de la semana pasada, pero al final, fuimos para allí. Los que más problemas tuvieron no salían: Víctor estaba en Goteborg y Luis no salió. La verdad es que creo no hay muchas cosas mejores que la Cleo… Al principio el segurata “rubio canijo que parece un botijo” no me quería dejar entrar, pero en seguida me dijo “Perdón, perdón… pasa”. No se… Rafa estaba conmigo y le dijo “¡¡Que el fin de semana pasado estaba en el barco conmigo!!” (porque Rafa estaba en un barco destino a Tallin el fin de semana pasado) pero la verdad, no creo que fuese eso lo que me dejó entrar, porque el tío no pareció escucharle, y en seguida me dijó que pasase… Más bien creo que le dirían que yo no había hecho nada o así. De hecho, justo en la puerta estaban los porteros que sí que me habían visto (a los que yo les había preguntado que qué había ocurrido con Víctor y tal) y no me dijeron nada tampoco.

En la Cleo nada digno de mención (no como hace un par de findes… jejeje). Más bien fue el día de la caída… no porque no me entrase nadie, que también, sino porque había una serie de golfas cuyo entretenimiento era tirarme de las tarimas. En una me tiraron hacia atrás, y menos mal que debí caer a una silla, porque estaba con el cuerpo totalmente horizontal y las piernas en la tarima (si os habéis fijado en otras fotos, detrás de la tarima no hay pared... hay el vil vacío, el cual da a una zona con mesas y sofás) . Menos mal que Pablo (el not drunk pero que hace oposiciones para serlo) me rescató de una ostia considerable.

Luego me intenté subir a la otra tarima. Había un grupúsculo de tres golfas (en la página de la cleo está la foto de dos, precisamente en la tarima funesta) y bueno… quedaba sitio para mí, así que me intenté subir. ¡Vale!. Pues si no me pegaron un empujón 25 veces, y yo me intenté subir otras 25, no me pegaron ninguno. Me intentaba subir y ¡pon!... empujoncito y p’abajo. Visto desde fuera, debía parecer un resorte. Cuando me empujaban, se me quedaba una pierna en la tarimilla, y entonces, con la pierna que estaba en el suelo, me volvía a impulsar para la tarima, y las perras me volvían a tirar. Total, que al final me mosqueé, me subí y les dije que joder… que había sitio para todos, así un poco de malos modos… ¡y me volvieron a tirar!. Harto ya, me fui, y luego me dijo David Alonso que había visto a un pavo que, después de todas la movida, se dirigía hacia mi con aviesas intenciones (como para darme un par de ostias, o así… ¡¡encima!!) pero que Simon (un alemán muy grande) lo había parado… No se, a ver si le pregunto a ver… Después de la Cleo, a casa, sin afterparties ni nada.

Y el sábado, después de beber unas cervecitas en casa de Toñín, fuimos al Koren. La gente estaba bastante apagada. No salieron ni Ponce ni su novia, ni Dani (que estaba medio malucho, yéndose pata abajo) ni Pablo “the drunk”, pero el otro Pablo sí, así que está intentando arrebatarle a Pablo el título de "the drunk" a marchas forzadas. Como este fin de semana aquí se celebraba Halloween (yo juraría que era el fin de semana pasado, pero aquí lo celebraban este fin de semana) Toñín y Pablo se pintaron la cara, creo que intentando imitar a los de Kiss… pero se quedó en “el intento”. Más bien parecían el Arlequín ese que se calzaba a la Tamara… o lo que fuese. Al llegar al Koren, había una cola de la ostia, como el fin de semana pasado. Se nos intentaron colar unos suecos (europeos europeos, mierda mierda) que al final se quedaron detrás nuestro. También le decíamos al segurata de la sala que eso de que la capacidad de la sala la marcase el guardarropa era una estupidez (en fin, haciendo amigos) y él decía que no, que no, que había gente (mentira… la gente que había no era mucha ni de palo). Luego dentro, nada… normal. Bastante gente iba disfrazada, por lo de Halloween… y sin más… Luego un par de hamburguesas dobles en un chiringuito que ponen a la salida del Koren y para casa. Bueno, ahora que pienso, María la finlandesa anduvo haciendo fotos… a ver si las consigo… si eso, ya actualizaré este mensaje.

Y eso es todo… ya veis que este fin de semana ha estado soso (es que ha estado “normal”, cosa rara… así que soso).